21 JUIL. 2024 «Longlegs» En la película «Longlegs», Maika Monroe es Lee Harker, una agente del FBI encargada de investigar un reguero de muertes en serie. Mariona Borrull Que “Longlegs” sería la película de terror del año ya estaba cantado bastante antes de que nadie comprara una sola entrada para ver a Nicolas Cage haciendo las de asesino en serie. La agencia Neon lleva meses jugando a la promoción con carteles que son enigmas, teasers desollados de un informe forense macabro, con hordas de primeros-espectadores que cuentan sus experiencias terroríficas en sala e incluso con una línea de teléfono donde el monstruoso Longlegs te musita una canción de cuna venida del mismísimo infierno. Puede que como a mí finalmente “Longlegs” les decepcione pero, si tienen un mínimo de curiosidad, pagarán a gustísimo su butaca en el cine. En cualquier caso, recuerden que solo es película aquello que vemos dentro del borde de la pantalla, y no la espera electrificante ni las opiniones ajenas. Sobre “Longlegs”. La película de Oz Perkins recupera el legado de Clarice Starling con Lee Harker (Maika Monroe, fantástica protagonista de “It Follows”), una apocada agente del FBI con incipientes dotes sobrenaturales y encargada de investigar un reguero frío de muertes en serie que mancha desde hace décadas la suburbia de Vancouver. La única pista en común, unas postales firmadas por “Longlegs” (un ser feísimo encarnado por Nicolas Cage, y quién si no), harán que Lee vuelva a un evento traumático de su propia infancia para encontrar motivos y solución a este crimen endiablado. Novedad, como ven, poca. Eso sí, parece que la bolsa de espantos ha calado… Seguramente porque combina sin reparos el shock a la América diurna del “A sangre fría” de Truman Capote, cuyas imágenes aún nos persiguen y fascinan detrás de cada true crime, con el vértigo inasible ante el Mal en mayúscula, ese que se divierte matando como quien toca un timbre y corre, el demonio en la puerta de “Seven” o “Zodiac”. Todo pasado por el granillo analógico y el juego con los aspectos, propio de A24. No nos zafamos de los tics estéticos precocinados… Aunque coherentes en la carrera de un director, Oz Perkins, que lleva dos películas, “La enviada del mal” (disponible en Prime y Filmin) y “Soy la bonita criatura que vive en esta casa” (Netflix), refinando la fórmula de la casa-adosada-encantada. Pero verán: Perkins organiza mejor que idea y, siguiendo el eclecticismo del imperio romano que se montó en las urbanizaciones estadounidenses de los sesenta, todo lo que propone lo replica de alguna otra parte. Las ironías dramáticas perturbadoras, la música chirriante para el shock, los set pieces centrados en aquella justa imagen terrorífica, los rompecabezas y cancioncillas infantiles. Incluso la “monstruosidad inenarrable” de Nicolas Cage viene de una transfobia y un edadismo que, en favor del sustito, hoy queremos olvidar. En fin, creer (que es la película más terrorífica del año) para ver.