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GUTUNAK

El país de Gran Hermano


Si pensábamos que vivíamos en un país más o menos culto o desarrollado, estábamos muy equivocados. En un país donde “Gran Hermano VIP” tuvo en su gala final la cifra de cinco millones de espectadores, donde una serie de individuos de oficio o talento desconocido hacen una apología descarada de la holgazanería, la incultura y el mal gusto, es evidente que algo está fallando. Ciertamente cada uno es muy libre de ver o «consumir» lo que quiere o puede, pero en el Estado se cierran dos librerías cada día, el Gobierno aporta al colectivo de libreros unos 150.000 euros, frente a la cifra de Francia, con cuatro millones de euros. Dicen que leemos poco porque más de la mitad de la población dice no haber comprado un libro en su vida. ¿Falta de tiempo? No creo, viendo los índices de audiencia de dicho reality, o las horas que pasamos mirando al televisor, o que quizás los libros sean muy caros (no más que lo que se invierte en un fin de semana de ocio). Pero lo verdaderamente importante es no perder la curiosidad y la necesidad de saber. La cultura es un logro y satisfacción personal, es el bien al que todos, pequeños y mayores, deberíamos aspirar, es una de las mayores riquezas, proporciona respeto, nos hace más libres y aumenta nuestra capacidad para emitir juicos… para razonar.