15 JUIL. 2015 ACUERDO NUCLEAR ENTRE EEUU E IRÁN Los enemigos históricos despejan la vía a la normalización de relaciones Irán y Occidente (los EEUU de Obama) alcanzaron ayer y tras un maratoniano final a dos largos años de negociaciones un acuerdo histórico que pone punto final a 12 años de crisis por el programa nuclear iraní. El acuerdo desbroza el todavía difícil pero ya transitable camino hacia una normalización de sus relaciones, rotas desde hace 35 años. Dabid LAZKANOITURBURU EEUU e Irán alcanzaron un acuerdo histórico para poner en vías de resolución doce largos años de crisis en torno al programa nuclear iraní y las sanciones económicas occidentales, que mantienen maniatada a esta potencia regional. Sus 109 páginas limitan durante años las posibilidades de Teherán para desarrollar sin limitaciones su programa nuclear a cambio de un levantamiento progresivo de las sanciones. El acuerdo abre la vía a una normalización de las relaciones económicas y diplomáticas entre Irán y Occidente y sobre todo, supone un hito que puede marcar un antes y un después en las relaciones entre EEUU y la República Islámica, rotas en 1980 en plena revolución iraní y tras la crisis de los rehenes de la embajada de EEUU en Teherán. El acuerdo fue anunciado ayer tras un maratón diplomático iniciado en setiembre de 2013 y cuyo último round ha mantenido a las delegaciones negociando sin interrupción durante los últimos 18 días, una duración sin precedentes desde los Acuerdos de Dayton en Bosnia. Tras el acuerdo de principio alcanzado el 2 de abril en Lausana (Suiza), Irán y el G5+1 (EEUU, Rusia, China, Estado francés, Gran Bretaña y Alemania) fijaron la fecha límite del 30 de junio para resolver las cuestiones técnicas, pero las negociaciones fueron prorrogadas durante días por el bloqueo en torno a dos o tres «cuestiones difíciles» (diabólicos detalles) resueltos finalmente «in extremis» Triunfo para Obama El acuerdo marca en principio un éxito rotundo para el presidente Obama quien, dos semanas después de la reconciliación con Cuba, y a escasos días de la apertura desde el próximo lunes de las respectivas embajadas, logran un segundo hito diplomático a poco más de un año del final de su último mandato. El 44 presidente de EEUU puede ya legítimamente reivindicar que ha llevado a la práctica uno de los principios fundamentales de su política exterior: dialogar con los mayores enemigos. Tal y como reivindicó en diciembre de 2009 al recibir un temprano y más que discutible premio Nobel de la Paz, «hay que intentar encontrar un equilibrio entre aislamiento y cooperación. y las sanciones sin la mano tendida están condenadas al fracaso». Los analistas coinciden en el carácter histórico del acuerdo, piedra angular del legado internacional que dejará Obama dentro de 18 meses y que algunos comparan con el acercamiento entre EEUU y China en los setenta. Responsabilidad iraní El acuerdo es paralelamente un éxito para el presidente iraní, Hassan Rohani, quien se marcó como objetivo tras su victoria electoral en junio de 2013 lograr el final de las sanciones y el aislamiento relativo de Irán. En una alocución televisada minutos después de la comparecencia de Obama, el clérigo chií dio «gracias a Allah por escuchar las plegarias de la nación», aseguró que Irán «ha logrado todos sus objetivos», insistió en que obtener la bomba nuclear «nunca ha sido uno de ellos» y mostró su convicción de que la aplicación «correcta» del acuerdo puede «ayudar poco a poco a acabar con la desconfianza con Occidente». Lo que está claro es que el acuerdo habría sido imposible sin el aval del guía supremo, el ayatollah Ali Jamenei, quien pese a sus recientes y reiteradas advertencias sobre las concesiones a «los arrogantes» estadounidenses, habría decidido primar los intereses económicos de Irak y consolidar de paso su en su día discutida legitimidad desde su llegada a la cúspide del poder hace 26 años. Jomeini y la guerra contra Irak La decisión de Jamenei recuerda a la que su antecesor y líder histórico de la revolución, el ayatollah Jomeini, tomó a regañadientes y «tragando veneno» para aceptar la resolución 598 de la ONU con la que acabaron ocho años de guerra iniciada por Saddam Hussein a impulso de Occidente. El líder iraquí estaba contra las cuerdas pero Jomeini primó las consideraciones económicas e Irán creció significativamente en los siguientes años, algo que los iraníes esperan ahora se repita. Da la «casualidad» de que en aquellas negociaciones Jamenei era presidente de Irán, Rohani el jefe de la Defensa Aérea militar y el ministro de Exteriores Mohamed Javad Zarif era también entonces jefe negociador iraní. Los primeros contactos entre EEUU e Irán arrancaron en 2012, antes de la llegada al poder de Rohani y al final de la segunda legislatura de Mahmud Ahmedinejad. La mano de Jamenei está detrás desde el principio. No parece pues que el ala más crítica con EEUU en Teherán pueda torpedear el acuerdo. Otra cosa es que el esperado relanzamiento económico y las inversiones occidentales se hagan esperar, lo que puede alimentar cierta oposición. Más problemas afronta Obama con la oposición republicana y parte de la bancada demócrata, que no ve con buenos ojos este acuerdo. El Congreso solo puede analizar el acuerdo pero puede dinamitarlo, incluso pese al poder de veto presidencial, con 2/3 de los votos. En su comparecencia, Obama defendió el acuerdo, «no basado en la confianza sino en la verificación», como una «oportunidad de ir en una nueva dirección con Irán» y advirtió al Congreso contra un rechazo «irresponsable» y el riesgo de una carrera nuclear en «la región más inestable del mundo». Obama telefonea a Netanyahu, que debe decidir entre la pataleta y la resignación El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, puso la previsible voz discordante sobre el acuerdo nuclear iraní, que describió como un «gran error de proporciones históricas» y consideró que «Irán verá el camino libre para desarrollar armas nucleares y muchas de las restricciones que se lo impedían van a ser levantadas». «Se han hecho grandes concesiones en todos los temas que debían impedir que Irán alcance las armas nucleares. Adicionalmente, Irán recibirá miles de millones de dólares con los que alimentar su maquinaria terrorista y su agresividad y expansión por Oriente Medio», añadió. El presidente de EEUU, Barack Obama, telefoneó a su aliado e intentó explicarle el acuerdo, al igual que hizo con el rey saudí Salman, también opuesto a negociar con Teherán y que ve peligrar su hegemonía regional. Netanyahu, en principio, se enrocó en el rechazo y la negación. Así se remitió a su «compromiso» de impedir que Irán se haga con la capacidad militar para fabricar armas atómicas e insistió en que «el mundo es hoy un lugar mucho más peligroso que ayer». Además, advirtió de que Israel –única potencia nuclear en Oriente Próximo– no se siente obligado por los compromisos adquiridos por el 5+1. Pero, pese a los mensajes alarmistas, si el acuerdo se cumple, Israel se verá obligado a aplicar más diplomacia si quiere que se escuche su voz. Obama telefoneó también a sus aliados europeos, satisfechos con el acuerdo. «Con valor, voluntad política, respeto mutuo y liderazgo, hemos entregado lo que el mundo estaba esperando, con el compromiso compartido para la paz y uniendo manos para hacer nuestro mundo más seguro», dijo la responsable de política exterior de la UE, Federica Mogherini. El presidente ruso, Vladimir Putin, indicó que va a permitir al mundo «respirar con gran alivio» porque ayudará a «fortalecer la seguridad internacional y regional». Para el presidente francés, François Hollande, este pacto significa que «el mundo avanza» y destacó que si no cumple se restablecerán las sanciones a Irán. En la misma línea, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ensalzó el que consideró «una prueba del valor del diálogo». El primer ministro británico, David Cameron y la canciller alemana, Angela Merkel, defendieron un acuerdo que «después de una persistente diplomacia y duras sanciones» garantiza su objetivo fundamental de evitar que Irán desarrolle un arma nuclear y contribuirá a hacer de la región y el mundo un lugar más seguro.GARA TRANSPARENCIA La AIEA tendrá acceso regular a todas las instalaciones nucleares . Los inspectores podrán supervisar toda la cadena de suministro del programa nuclear. Teherán ha aceptado una acceso limitado a instalaciones militares y una comisión conjunta analizaría casos en disputa. EMBARGO DE ARMAS La prohibición de importación y exportación de armas se extiende para Irán por cinco años más, mientras que el embargo de compuestos para su programa de misiles balísticos se mantiene durante ocho años, salvo autorización específica del Consejo de Seguridad de la ONU. ALIVIO DE SANCIONES Irán verá aliviadas las sanciones si cumple con sus compromisos. EEUU y la UE suspenderán las relacionadas con la actividad nuclear tras la verificación de la AIEA. Las primeras podrían levantarse en el primer trimestre de 2016. TELEVISADO EN IRÁN La televisión pública iraní retransmitió en directo la declaración de Barack Obama sobre el acuerdo. Es la segunda vez en 36 años que el discurso de un presidente de EEUU es difundido en directo en la televisión estatal. ENRIQUECIMIENTO Irán se compromete a no enriquecer uranio por encima del 3,67% en 15 años. Pasará de 19.000 a 6.104 centrifugadoras. De ellas solo 5.060 activas en los primeros 10 años. Retirará las más avanzadas y reducirá de 12.000 a 300 kilos sus reservas de uranio durante 15 años. RESOLUCIÓN La resolución que validará el acuerdo alcanzado ayer será presentada ante el Consejo de Seguridad de la ONU la próxima semana, según un responsable estadounidense.