16 JUIL. 2015 LUZ VERDE AL TERCER RESCATE PARA GRECIA Caen las primeras víctimas del rescate A la espera de su votación en el pleno del Parlamento griego –ya de madrugada–, el primer paquete de medidas de ajuste para acceder al tercer rescate fue aprobado ayer en las respectivas comisiones, pero a un precio muy elevado. Al reguero de dimisiones de miembros del Gobierno se sumó la advertencia del primer ministro de que le sería «muy difícil» seguir hoy en el cargo en caso de no obtener el respaldo de sus diputados. GARA ATENAS El Parlamento griego acogió ayer un tenso y prolongado debate sobre el primer paquete de medidas cuya aprobación ha puesto la eurozona como condición para empezar a negociar el tercer rescate de hasta 86.000 millones de euros. A la espera de su aprobación definitiva, prevista para la madrugada de hoy, las reformas conseguían por la mañana superar la primera barrera legislativa, al ser aprobadas por las respectivas comisiones parlamentarias. Se daba por hecho que la ley contaría con el apoyo de una amplia mayoría de los diputados, como ocurrió en la sesión matutina, pero gracias al respaldo garantizado por los tres partidos de la oposición. Y es que en el seno del partido del gobierno, Syriza, ha habido una fuerte contestación al acuerdo que trajo Alexis Tsipras de Bruselas, que ha llevado incluso a dimitir a la ministra adjunta de Finanzas, Nadia Valavani, mano derecha del ministro Euclides Tsakalotos, por no poder apoyar las condiciones vinculadas al nuevo rescate. En una carta dirigida al primer ministro, la hasta ayer ministra adjunta calificó el tercer rescate como una «capitulación» y justificó su rechazo al programa con el argumento de que las medidas que incluye no permitirán a un «pueblo empobrecido» recuperarse y, por el contrario, suponen una «lápida» que impedirá el crecimiento durante «muchos años». Entre los dimisionarios figuran también el secretario general de Seguridad Social, Yorgos Romaniás, y el secretario general de Economía, Manos Manusakis. Entretanto, 109 de los 200 miembros del comité central de Syriza pidieron al Gobierno rechazar el acuerdo firmado con los acreedores, que lo califican de «golpe de Estado» y que es «incompatible» con los principios de la izquierda, además de no resolver los problemas del país. Petición de Alexis Tsipras A todas estas declaraciones respondió el propio Alexis Tsipras en el Parlamento, donde pidió a su grupo parlamentario que mantuviese la unidad y respaldase al Gobierno en la votación, ya que si no lograra el apoyo de sus filas a estas reformas le sería «muy difícil» continuar en el cargo. «Si no tengo el apoyo del grupo parlamentario, mañana me será muy difícil seguir como primer ministro», aseguró Tsipras en el discurso de clausura del grupo parlamentario de Syriza. Poco antes de que empezara el debate sobre el texto de reformas, Tsipras manifestó ante su partido que «ha agotado» todas las posibilidades de la negociación y ha examinado todas las alternativas y pidió a los que no estén de acuerdo que propongan una alternativa eficaz. Reclamó además a los diputados mantener la unidad del partido en estos momentos «históricos, difíciles y críticos». El ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, pidió también el voto del Parlamento para un acuerdo con los socios europeos que, dijo, no sabe si va a dar frutos positivos y cuya firma supuso la decisión más difícil de su vida. «La mañana de lunes fue el día más difícil de mi vida. No sé si hicimos lo que debíamos hacer. Sé que no teníamos alternativa», aseguró Tsakalotos al inicio del debate parlamentario. «Nunca dijimos que se tratara de un buen acuerdo», subrayó el ministro, quien afirmó: «La decisión sobre este pacto me pesará toda la vida». Reestructuración de la deuda El paquete de reformas está dividido en dos artículos: el primero es la ratificación del texto aprobado el lunes en la cumbre de la eurozona, en el que se establecen las condiciones para iniciar las negociaciones. El segundo incluye cambios y subidas en el régimen del IVA, nuevas medidas tributarias, el fortalecimiento del tratamiento penal de la evasión fiscal, reformas en las pensiones y la Seguridad Social, la garantía de la independencia de la oficina de estadística griega, así como la creación de una autoridad fiscal que vigilará que no haya desvíos en los objetivos fiscales. Pese a sus dudas con algunas de las medidas, el ministro recalcó que el acuerdo del lunes también tiene elementos positivos, como es el hecho de que se hayan reducido los objetivos para el superávit primario o que haya una promesa sobre la reestructuración de la deuda. En el debate parlametario también tomó la palabra el exministro Yanis Varufakis, quien calificó el plan de «un nuevo Tratado de Versalles», el acuerdo de paz firmado al término de la I Guerra Mundial. Jornada de huelga de funcionarios y farmacéuticos Mientras en el Parlamento se debatía el paquete de reformas, los funcionarios públicos protagonizaron una jornada de huelga, la primera que se convoca bajo el gobierno de Syriza. El portavoz del sindicato público ADEDY, Stavros Koutsioubelis, se quejó de que «tras cinco años de recortes en los salarios y medidas muy duras, los europeos quieren más». Los farmacéuticos también convocaron paros contra las reformas que deben adoptar dentro de los planes de liberalización. Las manifestaciones de la tarde terminaron con duros enfrentamientos con la Policía en el exterior del Parlamento.GARA Bruselas plantea un crédito puente de 7.000 millones para atender los pagos más urgentes Mientras comienza la negociación del tercer rescate griego, la administración helena afronta problemas de liquidez a corto plazo, para lo cual la Comisión Europea ha propuesto un crédito puente de 7.000 millones de euros procedentes del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF), que implica a toda la Unión Europea (UE), para un plazo máximo de tres meses. «La economía griega está en recesión, su sistema bancario a punto de colapsar», alertó el vicepresidente de la CE, Valdis Dombrovskis, al dar a conocer dicha propuesta. Los ministros de Economía de la zona euro –que celebrarán hoy una teleconferencia– estimaron la semana pasada que Atenas podría necesitar 7.000 millones de euros para julio, con un pago pendiente para el día 20 al BCE de 3.500 millones de euros, y otros 5.000 millones para mitad de agosto. El programa proporciona financiación puente que permitirá a Grecia afrontar sus obligaciones financieras más urgentes hasta que empiece a recibir asistencia del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permanente de la eurozona. Sin embargo, el MEEF es un mecanismo en el que participan todos los estados miembros de la UE. Ya se utilizó para los rescates de Portugal e Irlanda y se puede recurrir a él «en casos de circunstancias excepcionales más allá del control del Gobierno», como sería la situación griega. Por ello, Dombrovskis explicó que tendrán que ser «los veintiocho Estados miembros los que den su aprobación a esta propuesta». El vicepresidente de la CE se refería a la oposición planteada al uso de ese fondo por alguno de los socios de la UE como Gran Bretaña, alegando que no forma parte del euro, al igual que Dinamarca o Suecia. Admitió que «el uso del MEEF no es una opción fácil, pero no hay otras opciones fáciles», y además ningún país se mostró dispuesto a dar un préstamo bilateral a Grecia.GARA Fuertes críticas en el Congreso español a la insolidaridad europea con Grecia La mayoría de partidos integrados en el grupo mixto en el Congreso de los Diputados coincidió ayer en criticar las políticas de austeridad y la insolidaridad europea con Grecia, en un pleno en el que Mariano Rajoy anunció que en agosto someterá a votación las medidas aprobadas el lunes por los jefes de Estado de la eurozona, una medida que justificó por la aportación española a ese rescate, que rondaría el 12% del total. Después de escuchar las explicaciones del presidente del Gobierno, Rafael Larreina, de Amaiur, señaló que Europa es cada vez «más insolidaria» y que las medidas que se están tomando «dan la espalda a la ciudadanía», creando una Europa «sometida a los mercados». Larreina advirtió de que el acuerdo alcanzado en Bruselas no resolverá los problemas de la economía ni de los griegos, porque solo se dirige a solucionar los problemas de los bancos y los estados acreedores de una deuda «impagable» ante la que solo se ponen «parches» cuando lo que hace falta es una «ley de segunda oportunidad». En esta misma línea, el portavoz de ERC, Joan Tardá, acusó a Rajoy de irresponsabilidad frente a la crisis en Grecia por «chantajear al pueblo griego y condenarlo a la miseria» y poner el estado social y el derecho del país heleno «en venta» para acabar «dinamitando el sueño griego». Olaia Fernández Dávila, del BNG, consideró que la UE estuvo «más empeñada en derrotar políticamente» a Grecia que en aportar «soluciones al drama». Por su parte, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, manifestó que no entiende «nada» de lo que ha ocurrido con Grecia porque la posición del Gobierno heleno «ha sido un desastre», pero tampoco entiede por qué las instituciones europeas decidieron endurecer las condiciones tras el referéndum, cuya convocatoria criticó. Entretanto, la Asamblea francesa aprobó por amplia mayoría el acuerdo, con 412 votos a favor, 69 en contra y 49 abstenciones.GARA