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Fútbol internacional

Fútbol rico, fútbol pobre

La Liga polaca la lidera un modesto, como humilde es el debutante Ajaccio cuyo presupuesto es el salario de Ibrahimovic en el PSG.


En la Ekstraklasa polaca, una Liga del nivel de la Segunda española, lo habitual cada curso es pagar con gusto una entrada para ver un partido en medio de los pasy, los aficionados del Wisla Cracovia, y los wojskowi, un apodo que recibe el Legia Varsovia, los dos clubes más potentes de aquel fútbol, pero que durante la presente campaña observan cómo un insperado invitado les ha superado por el carril derecho y, tras siete jornadas, lidera la competición, con 6 puntos sobre el Wisla y 8 sobre el Legia. Es el sorprendente Piast Gliwice, un modestísimo equipo que jamás había ganado nada pero que fue el primero en la historia del balompié polaco en ascender desde la séptima categoría a, en 2008, la primera.

Los piastunki o ‘enfermeros’ tienen en sus filas a un catalán, Gerard Badia, en su segunda temporada, que no duda en invitar a probar en un campeonato al alza, donde predomina un fútbol físico, unos estadios remodelados tras la Eurocopa, donde las asistencias pueden oscilar desde los 7.000 a los 20.000 espectadores, y donde llama la atención la apuesta que los jugadores nacionales hacen por no emigrar. No en vano, solo cuatro jugadores han sido pichichis sin ser polacos (el último, el serbio Demjan, hace tres cursos), en un campeonato de 94 años de historia; curiosamente, la tabla de goleadores ahora la lidera un húngaro.

Y mientras en Polonia manda en la tabla un modesto club creado por inmigrantes del oeste de la actual Ucrania, la Super Liga albanesa acaba de comenzar con el sorpredente Klubi Futbollistik Skënderbeu como principal favorito, no solo por sus cinco títulos seguidos sino porque es una de las cenicientas que estuvo a punto de colarse en la fase de grupos de la presente Champions League. Fundado en 1909 por el político y poeta Hile Mosi, el Skënderbeu fue bautizado así para rendir tributo al héroe nacional Gjergj Kastrioti, quien se levantara en armas contra los otomanos. Es otro de esos clubes desconococidos y grises que emergen gracias a la inyección económica en este caso del hombre fuerte de Red Bull en Albania y con la ayuda de hombres de negocios del país, entre ellos el ministro de Economía y el alcalde de su ciudad Korçë, hermanada, por cierto, con la murciana de Los Alcáceres. Otro de esos proyectos de ligas menores sobre los que el tiempo dará y quitará.

 

Inter-Milan y United-Liverpool

Donde el fútbol dará y quitará este domingo será en el clásico lombardo, Inter-Milan, con San Siro como escenario, donde a semejanza de uno de sus símbolos, el biscione (gran serpiente), emblema de los Visconti (familia que gobernó la ciudad de 1277 a 1447), el Inter quiere devorar a su mejor enemigo. Nuevo ‘derbi de la Madonnina’ (en alusión a la estatua de cobre dorado que representa a la Virgen María en lo alto de la aguja de la Catedral de Milán, a 108 metros del suelo), que llega demasiado pronto para hablar de favorito, pero con la noticia, por otro lado, quién sabe si esperada, de que el nuevo milanista Mario Balotelli ha vuelto a ser cazado por un radar en Brescia cuando circulaba a unos 190 km/h con su Lamborghini en una zona limitada a 50; se quedó sin carnet, pero al día siguiente anotó un gol en un amistoso.

Veremos si ‘SuperMario’ se convierte en protagonista de un Milan que ha arrancado con las malas sensaciones con las que se pasea últimamente en el Calcio, en una jornada donde la Juventus, con cero puntos –que ha rechazado mareantes ofertas por Pogba a la espera de su acuerdo con el Barça la próxima temporada–, recibe al de momento líder Chievo Verona, seis, en el otro choque destacado.

En la Premier League, más rodada a estas alturas, nos aguarda el duelo por excelencia entre los dos clubes con más entorchados domésticos, un Manchester United-Liverpool, dos equipos empatados a siete puntos, que dejaron malas sensaciones la última jornada y que se verán las caras este sábado. El Everton-Chelsea será la otra cita atractiva del fin de semana en las Islas, donde veremos si el City sigue con mano de hierro. El ex ‘diablo rojo’ Paul Scholes ha dicho estar maravillado por la contundencia goleadora de su rival local en este inicio de temporada: «Son tremendos sus jugadores, me asustan, hacen goles increíbles, desde todas las posiciones», lo que no observa en los jugadores de su United.

 

El jugador que no quiere masajes

El City en Inglaterra y el PSG en la Ligue 1. Debutó ya con los parisinos Di María, volvió a golear el charrúa Edinson Cavani y participó con ganas en su regreso un Zlatan Ibrahimovic que esta semana en partido con su selección se resintió de su espalda. Le tocará someterse a esos masajes que, según ‘‘Le Parisien’, no querría recibir Yarouba Cissako porque la masajista en cuestión es una mujer y el canterano del Mónaco –20 años– estaría pensándose convertirse en imán y jugar en un país donde el Islam esté más presente que en el Principado. Su agente se ha apresurado a negarlo todo.

El Mónaco recibe este fin de semana al novato y actual colista Gazelec Ajaccio –de gàz y electricitè, por su origen en una empresa eléctrica–, un humilde con 14 millones de euros de presupuesto, el sueldo anual de Ibrahimovic... Los corsos pagan sueldos modestos, pero abanderan un club familiar que defiende los valores de la ciudad que alumbró al gran Napoleón Bonaparte: identidad, pasión y modestia.

Aunque para pasión la de la Super Liga turca, más atractiva que nunca merced a sus mediáticos fichajes. Un nuevo paraíso con dinero contante y sonante y a las puertas de las grandes ligas europeas. El Fenerbahce, que ha hecho hasta 14 fichajes, es líder, en tanto el Analyspor de Samuel Eto´o marcha quinto tras tres jornadas, y con el león camerunés sumando ya tres goles. Una liga muy competitiva, con clubes bien surtidos de euros y un país donde los equipos pagan pocos impuestos y por tanto buenos sueldos a sus figuras.

Donde la nómina le llegaba a alguno para sobornar es en el Standard de Lieja. La jornada pasada recibió un escandaloso correctivo del Brujas 7-1 –el técnico rival, el que fuera portero Michel Preud'homme, es para más inri hincha liejense– y ahora ha trascendido, según el presidente del club, que un futbolista pagó al entrenador para poder jugar la temporada pasada... y aceptó; eso sí, no ha desvelado a cuál de los tres técnicos que hubo. ¡Ay, cómo ha cambiado esto desde que a fines del siglo XIX, el club norirlandés Crusaders cobraba 2 peniques por partido a cada jugador «por el honor de vestir su camiseta»!

El fútbol, negocio, deporte... Como recordaba Christian Karembeu «cuando le dije a mi padre que era futbolista, me contestó ¿pero de qué trabajas?».