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Entrevue
ARANTXA GÓMEZ NOVO
EXJUGADORA DE IDK GIPUZKOA

«El baloncesto me ha hecho llorar de alegría, de pena... de todo»

A un minuto para terminar el derbi de IDK Gipuzkoa ante Añares Rioja ISB, Arantxa Novo se iba al banquillo bajo la atronadora ovación del Josean Gasca. Cuando terminaba el partido, se fundía en un abrazo con Azu Muguruza y recibía el homenaje de todo su plantel. Tras 16 años dedicados al basket, «Miss Triple Doble» lo deja, con el dulce sabor de haberlo dado todo y poder decir adiós por la puerta grande.


Según ella, «un toro desbocado» que ha ido madurando en una carrera de más de 16 años. Para la afición, la «Miss Triple Doble» que ascendía en 2013 con Gipuzkoa UPV a la Liga Femenina, y que en sus últimos años de carrera, ha llegado a las puertas de la selección española para el Mundial de 2014 y al bronce del Eurobasket 3x3 de Bakú. Arantxa Novo decidía que es el momento de decir adiós a un deporte y a una ciudad, Donostia, que se lo han dado todo. Ella ya imaginaba que se emocionaría tras el derbi ante Añares Rioja ISB; las demás, empezando por Azu Muguruza, ya la echan de menos.

Recién terminada su última Liga Femenina, ¿se ve ya como exjugadora?

No. Además, creo que voy a tardar en verme como exjugadora. Prefiero no pensar demasiado. La semana que anuncié mi retirada fue más dura, pero esta semana me encontraba mucho más centrada en los partidos que quedaban. Tenía que irme con buen sabor de boca, ganando los dos últimos partidos.

Media vida dedicada al basket profesional. ¿Qué significa este deporte para usted?

Me lo ha dado todo. Me ha dado amistades que me llevo para toda la vida; unos valores que pienso que son muy importantes, como son el trabajo en equipo, el sacrificio… Son muchas cosas positivas alrededor del basket, que me ha aportado tanto para mi vida deportiva como la personal.

¿Le ha hecho llorar el baloncesto?

¡Sí! (Risas) Me ha hecho llorar de alegría, de pena… de todo.

¿Cuándo decidió que lo dejaba?

No es una decisión de un día para otro o de un mes para otro, sino que lo barajas desde hace tiempo. Por un lado, siempre había dicho que quería retirarme aquí y retirarme bien, jugando a buen nivel, siendo una decisión mía y no de las lesiones o porque no dé el nivel y no rindo lo que debería. Pero luego también está el tema de las lesiones, más otros temas personales –su marido, Javier Muñoz, es el segundo entrenador del Melilla–. Se va juntando todo y ves que ha llegado el momento.

¿El día en el que anunciaba su retirada, cuánta gente sabía que lo dejaba?

El único que lo sabía era mi marido. Y después se lo fui diciendo a la gente que debía decírselo: Azu y mi equipo. Son las primeras personas que tienen que saber una decisión que no solo me afectaba a mí, sino también a ellas, por los años que llevamos juntas. También se lo dije a mi padre, y demás.

¿Qué es para usted Donostia?

¡Uf! Me siento una donostiarra más, aunque no hable euskera, desgraciadamente... aunque algo entiendo (Risas). Disfruto mucho de su gente porque me ha tratado de maravilla, y de cada rincón. Donostia es una ciudad en la que se queda parte de mi corazón, y a la que yo sé que voy a venir como mínimo una vez al año, porque me lo ha dado todo. Es una ciudad maravillosa en la que he sido feliz. Es una ciudad maravillosa con gente maravillosa; tengo mi grupo de amigos aquí, mi vida está hecha aquí y de una u otra manera, siempre voy a estar ligada a Donostia.

¿Y qué será de usted ahora que se va lejos de Donostia?

Ahora lo primero toca dejar las maletas en Galicia, irme a Melilla, que es donde está mi marido, y una vez que él termine allí, decidir bien qué voy a hacer con mi futuro. Prefiero tomarme esto como unas vacaciones tanto físicas como mentales, que falta me hace, y después... ya decidiré, a ver...

Visto desde fuera, parece que en sus 16 años de carrera sus éxitos han llegado justo al principio y justo al final. ¿Cómo lo ve?

Más bien al final. Es el esfuerzo de muchos años, de ser constante, de seguir trabajando; que, pese a los años, hay que seguir currando y aprendiendo, y que ese trabajo trae su recompensa en algún momento.

Y por su estilo de juego, tan dependiente del físico, supongo que habrá notado que le costaba cada vez más...

Sí. Soy una jugadora que no sabe ir a medias. Me gusta «estar», y si «estoy», siempre al cien por cien... o «no estoy». Con todo, ahora me siento bien y por eso creo que es el momento perfecto para dejarlo.

¿En qué se parece la Arantxa Novo de hoy a la que tenía 17 años?

No sé. He madurado mucho, que cuando empecé era un toro desbocado (Risas). Si ahora no paro, imagínate con 16 o 17 años… Soy mucho más madura y me encuentro mucho mejor tanto mental como físicamente. Bueno, tal vez físicamente no… Pero ahora controlo el juego de otra manera, y tengo una experiencia que me ha servido para intentar hacer mejor al equipo.

Cuando debutó con 17 años en el Ensino Yaya María de Lugo, ¿se imaginaba remotamente la carrera que luego ha tenido?

¡No! Pero es que tampoco pensaba en un futuro tan lejano. Pensaba cosas como «me gustaría ir con la selección» y cosas así; simplemente, soñaba con hacer lo máximo dentro de mi deporte. Dentro de lo que he hecho, estoy satisfecha. Nadie me ha regalado nada. He sido una tía muy currante, y todo lo que he pasado, así lo bueno como las lesiones que he superado, me han traído hasta aquí.

Usted siempre ha mencionado que Catarina Pollini –ganadora de un título de la WNBA y miembro del Hall of Fame– como su «madrina» en sus años de debut en el Ensino Yaya María –en el que coincidieron entre los años 2000 y 2004–. ¿Ha sido usted ahora «madrina» de sus compañeras de IDK Gipuzkoa?

¡Quizá debieras preguntárselo a ellas! (Risas) Lo que me gustaba de «Cata» era su humildad, pese a que lo había ganado todo. Lo que sí es cierto es que siempre he intentado ayudar a las más jóvenes; soy de la mentalidad de que todas hemos sido jóvenes y hay que saber llevar esa situación; siendo joven eres la jugadora a la que le faltan minutos, la que más nerviosa está cuando sales a la cancha, y por eso creo que es importante ayudar en lo máximo a las jóvenes, porque al final, ellas se quedan, ellas son el futuro del equipo.

Pudo adornar su palmarés con el bronce en el Europeo 3x3 de Bakú. ¿Qué tal esa experiencia?

Muy bien. Es un baloncesto muy distinto al 5x5; muy físico. Se permiten muchos más contactos, pero me gusta mucho. Es un estilo que me va bien, muy físico, a máxima intensidad en cada segundo.

¿Y con la preselección española para el Mundial 2014?

Fue una alegría tremenda, pero nunca me hice ilusiones. Me fui a la concentración a hacerlo lo mejor posible, pero si no me elegían, y sabía que era muy difícil, tampoco pasaba nada.

Usted proviene de una familia de deportistas. Su padre y su hermano jugaron al fútbol; su madre al balonmano. ¿Qué peso ha tenido eso en su vida y su carrera?

Sobre todo mis padres han sido muy importantes. El que hayan hecho deporte se nota un montón. Recuerdo una vez, estando en Lugo con 19-20 años, cuando volví a jugar después de partirme la rodilla. Terminó un partido y apenas había jugado 5 minutos. Llegué a casa y me quejaba: «Mira mamá. Es que el entrenador no me pone, es que no sé qué…», y mi madre me replicaba: «¡Arantxa, dale gracias que te ponga! ¡No estás ni para jugar! ¿Qué pretendes?».

Con el tiempo piensas en ello y dices, «¡olé, mamá!» En estas cosas hace falta ser objetivo, y eso se lo daba a mis padres el haber hecho deporte antes. Porque Arantxa Novo no siempre ha jugado 40 minutos. También ha jugado 5, 8… y tienes que saber lo que quieres aun jugando solo eso. Yo tenía muy claro que quería jugar a baloncesto, y para ello, mis padres me han dado una educación deportiva que les tengo mucho que agradecer.

Asimismo, en estos siete años que ha vivido en Donostia, ha aprovechado para terminar sus estudios universitarios –Empresariales–. ¿Le ha facilitado eso las cosas para no moverse, aunque haya tenido otras ofertas?

Después de jugar cinco años en Lugo, me pasé muchos años yendo de un sitio para otro e, independientemente del baloncesto, para mí es muy importante la formación, cosa que siempre he tenido muy clara. Quería acabar mi licenciatura, y buscaba un sitio en el que tuviera la oportunidad de poder ir a clase, aunque no fueran todas las horas, y poder terminar mis estudios.

Entonces fue cuando me salió la opción de Donostia. Después todo ha venido rodado. Es un sitio en el que estaba muy a gusto y tampoco pretendía irme a ningún otro lado porque lo tenía todo. Aquí disfrutaba y podía encontrar al mismo tiempo todo lo que quería y lo que necesitaba. Estaba feliz aquí y no me apetecía moverme.

¿Queda en buenas manos IDK Gipuzkoa? ¡Pierde un referente de siete años!

Sí. en las manos de Azu va a estar bien. Cuando vine, lo dejaba Raquel –Delgado, que se retiraba en 2009, año en el que Arantxa Novo llegaba a Donostia–, que era en aquel momento el referente del equipo. Azu me fichó y salió bien… Azu es una tía muy lista y no va a haber problema para encontrar algo que encaje perfectamente y que ayude a IDK Gipuzkoa a ser aún mejor.

¿Qué significa para usted Azu Muguruza?

Es una persona muy especial. El vínculo que tengo con Azu no lo he tenido nunca con ningún otro entrenador. Ya con solo mirarnos es suficiente. Ambas somos muy parecidas en muchas cosas: muy intensas, con mucho carácter… y eso ha sido muy bueno. Ella me ha ayudado a comprender el estilo de juego de aquí y supongo que a ella también le habré ayudado.

¿Pero el estilo de IDK Gipuzkoa no era el suyo, el de Arantxa Novo?

Ya, pero a Azu le gusta jugar de una determinada forma y yo encajaba perfectamente. Sé que Azu es una tía muy inteligente y va a estar mirando y buscará lo mejor para el equipo.

¿Qué significó que en el Gasca y en Miribilla la aplaudieran?

Desde que he dicho que me retiro las muestras de cariño de la gente han sido muy gratificantes. Aparte de haber estado tantos años jugando al baloncesto y si, aparte del reconocimiento de tu club, recibes el reconocimiento de otra gente, es muy grato. Causa mucha alegría porque es algo que no me esperaba y la verdad, estoy muy contenta por ello. Dices: «por lo menos he hecho bien mi trabajo».

Media vida «enganchada» al basket. ¿Cómo se va a «quitar»?

Te lo diré dentro de un tiempo. (Risas) Siempre voy a seguir ligada al baloncesto. Entrenaré suave, haré pachanguitas...

¿Y la idea de entrenar? ¿Y relevar a Azu Muguruza?

Porque hayas sido jugadora, no tienes por qué servir para entrenar. Yo en eso soy una persona muy cabal. Antes de entrenar, tengo que aprender mucho. Supongo que entrenaré a niños y tal, y según y me vaya viendo, pues ya veré. Relevar a Azu… Azu seguirá… (Risas)