17 JUIN 2016 KOLABORAZIOAK La paradoja de la N-240 en Legutio Felix Iriarte* Legutio Bizirik plataforma Cuando quieres una regadera para la huerta, no esperas que te hagan un pantano para ahogar el valle. Cuando solicitas mejoras de seguridad, visibilidad y accesibilidad en una carretera, no comprendes porqué es necesario hacer una nueva carretera. Más no significa mejor. Este es el caso de la N-240 a su paso por el municipio de Legutio que ante la reiterada, e incumplida en el tiempo, petición de mejoras en sus puntos conflictivos, recibe como respuesta un proyecto que recoge un trazado nuevo en consonancia con un plan, rechazado por los vecinos, que supone de hecho la consideración del territorio como mero soporte de infraestructuras. Territorio de paso, espacio de los flujos donde se pretende acercar lo lejano, alejando y poniendo en peligro lo cercano, sacrificando la potencialidad del territorio vivido. El choque de dos lógicas, que hablan en dos lenguajes diferentes. La contradicción entre la retórica asociada al desarrollo sostenible, y su desarrollo en la práctica, se revela como un síntoma de la escasa convicción de la administración, en la virtualidad operativa del paradigma ambiental como concepto rector de la política territorial. El Libro Verde sobre el Medio Ambiente Urbano, la Carta de Aalborg, la Declaración de Hannover o las Agendas 21, se convierten así en papel mojado en un escenario presidido por el peso creciente de las decisiones y procesos exógenos, en perjuicio de las capacidades de la sociedad local para controlar su entorno. Quienes suscribimos este manifiesto apostamos por instrumentos como el apaciguamiento del tráfico frente a la tiranía de la velocidad, la gestión de la demanda frente al incremento de la movilidad motorizada privada o la política de peajes para desviar el tráfico pesado hacia las autopistas, en consonancia con las justas aspiraciones de calidad de vida y respeto al entorno defendidas por los vecinos. Mecanismos que es preciso poner en marcha mediante un proceso participativo donde la ciudadanía tenga capacidad de decisión real, ya que en su génesis los planes adolecen de un severo déficit en lo relativo a la participación, que ha sido concebida como un mero trámite administrativo con vocación de dotar de legitimidad a las decisiones institucionales. Legutio ha pagado ya sobradamente el peaje de un modelo de desarrollo insostenible: embalse, polígonos industriales, TAV, autopista… Su nivel de artificialización del suelo lo ha dejado exhausto, necesita aire puro, no más cemento y humo tóxico. * Firman también: José Allende, Alberto Frías, Javier Argote, Aitor Abecia, Juan Losada, Rubén Ibañez, Javier Torre, Blanca Gómez de Segura, Ainhoa Valenciano, Xabier Iñigo, Andrés Illana.