12 AOûT 2016 GUTUNAK Acomodo cínico y estúpido IñAKI JUSTES Colectivo Malatextos Ya son más de 3.000 personas que han perdido la vida en el Mediterráneo intentando llegar a las costas europeas. Si bien llevamos la cuenta exacta de las personas asesinadas por el terrorismo yihadista en nuestra «Europa-bunker», desconocemos el número de personas muertas en los bombardeos de la coalición occidental y de Rusia en Siria, Irak, Kurdistán… La pasada semana se dedicaban largos minutos de información de un telediario de una cadena televisiva al tiroteo de Múnich, en el que murieron 9 personas. Pocas noticias después, en menos de un minuto se despachaba el doble atentado en Kabul en el que murieron 61 personas a manos del Estado Islámico. No se trata de comparar ni de aplicar reglas de tres al sufrimiento, se trata de analizar por qué nos cuesta sentir y compadecer estas tragedias cuando no nos identificamos con el perfil de las víctimas: su modo de vida, raza, poder adquisitivo… Conocemos los rostros y nombres de las víctimas de los atentados de Paris, Bruselas, Niza, Múnich… sabemos dónde trabajaban o si estudiaban, si tenían Facebook, su origen social, etc. ¿Qué sabemos de las victimas de nuestros ejércitos y de la OTAN en nuestra guerra contra el terrorismo? Muy poco, tan sólo que la inmensa mayoría son pobres a rabiar, que hemos esquilmado sus países, que les hemos robado su futuro. Viéndolas caminar hacia Europa nos recuerdan a los y las zombis, parecen que están muertas en vida. En Europa, EEUU, Canadá o Australia, ¿a quiénes nos importan estas no-personas? ¡A nadie! En el mundo global del capital estas personas sobran y son una amenaza para nuestra vida acomodada y venida cínica y estúpida.