Ecos proteccionistas en la precampaña de EEUU

Cada mañana nos conectamos al mundo con alguna noticia de la campaña electoral en EEUU. Generalmente se trata de alguna declaración incendiaria del candidato republicano, Donald Trump, que según van pasando las horas se va contextualizando, matizando, hasta que, finalmente, muchas veces no sabemos qué es lo que en realidad ha dicho. Es de agradecer semejante despliegue informativo, a fin de cuentas, EEUU es la potencia dominante en el mundo y, por tanto, el resultado también nos afectara.

Aun así, llama la atención ese afán por presentarnos al candidato republicano como si fuera un loco desequilibrado y peligroso para el mundo. Sus salidas de tono no se diferencian tanto de las que a diario oímos a muchos políticos europeos. Y su contrincante, la candidata demócrata, Hillary Clinton, tampoco puede presumir de currículum. Su carrera como Secretaria de Estado a la sombra del premio Nobel de la Paz otorgado a Obama no se puede calificar de brillante, sino más bien de incendiaria. Tal vez traten de convencernos de la perversidad del candidato republicano, pero no está claro para qué: en ningún caso vamos a poder votar.

Los que sí votarán serán las y los asalariados estadounidenses y ellos sí conocen de primera mano las consecuencias para la clase trabajadora de los tratados de libre comercio. Trump se declaró contrario a nuevos tratados como el TTIP. Ahora es Clinton la que reniega de los pasos dados por la administración Obama en este campo. El proteccionismo da votos, luego vendrán las rebajas neoliberales.