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DOMINION BILBAO BASKET

Tres de tres gracias a Bamforth

Debió sufrir el conjunto bilbaino, pero su clara mejoría en la segunda mitad y los 24 puntos del escolta deAlbuquerque sirvieron para imponerse en Zaragoza. La veteranía bilbaina fue clave en los minutos finales.


BASKET ZARAGOZA 69

BILBAO BASKET 75


Con 36 de valoración, Scott Bamforth se quedó a las puertas del MVP de la jornada, ya que Devin White, de Iberostar Tenerife, guió al triunfo a los de Txus Vidorreta logrando una valoración de 38. Pero eso a los hombres de negro les dio igual, porque ya suman tres victorias después de otros tantos partidos, dos de ellos lejos de casa.

Dominion Bilbao Basket tiró de veteranía y experiencia para deshacerse del Tecnyconta Zaragoza –el histórico CAI patrocinará los filiales del cuadro maño– en un partido raro y trompicado, que empezó con retraso a causa de problemas en el cronómetro de la mesa de anotación, en la que un espectador debió ser atendido por la Cruz Roja y en la que la estrella local, Jelovac, se retiró lesionado en el primer cuarto.

Todos esos sobresaltos enfriaron un tanto a los de Carles Durán, que vieron cómo el neozelandés Isaac Fotu tomaba el relevo de Jelovac y guiaba el triunfo de los maños al descanso por 35-29. Bilbao Basket empezó mejor, pero el parón por Jelovac acabó por afectarle más.

Pero ni la desventaja fue alarmante nunca, ni hay que echar en saco roto un descanso bien planteado. Es decir, que Carles Durán preparó a conciencia la segunda mitad, y que los suyos le hicieron caso. Mumbrú retomó su buen arranque, al igual que Michael Eric, mientras que Hervelle mostraba su muñeca más fina desequilibrando el partido con un triple sobre la bocina del tercer cuarto: 50-53.

Pero la diferencia la marcaba Bamforth. El de Albuquerque se sentía cómodo y tiraba del carro con acierto, por mucho que el cuadro aragonés no daba su brazo a torcer. Dos canastas del joven Sergi García –incluyendo un «dos más uno»– pusieron emoción al tramo final, en la que el CAI se arrimó a un peligroso 67-70. Pero Bamforth mantuvo el pulso de su muñeca bien firme, y con acierto desde la línea de tiros libres prolongó la imbatibilidad de los hombres de negro.