The Times They Are a-Changin (Reloaded)

Cantaba el flamante Nobel de Literatura que los tiempos están cambiando, y así es, aunque los vientos soplan ahora en dirección contraria a como hacían en los años 60.

Creo que las políticas fundamentales de un país, las que sirven para garantizar su existencia o preeminencia, superan las atribuciones de un presidente, y más en uno con vocación imperial como Estados Unidos. Pero a nadie se le escapa el peso que el Comandante en Jefe tiene en un sistema tan presidencialista, y si además controla ambas Cámaras, sí, el nuevo POTUS tendrá margen para hacer cosas. Ninguna buena, por supuesto.

Con todo, no olvidemos que hablamos de la tierra del senador McCarthy, J. Edgar Hoover, Nixon, Reagan, Bush I y II, Rumsfeld y cía., que pusieron el listón alto, de modo que casi más que lo que pueda hacer el recién llegado me preocupa la constatación, vía Trump, Brexit o Parlamento Europeo, de que riadas de trabajadores maltratados por el sistema y temerosos del futuro buscan cobijo en la extrema derecha por incomparecencia de la izquierda. Los mueve la zozobra y el miedo. Una opción sería llamarlos tontos e incultos; otra es traerlos de regreso.

Lo que resulta epatante es la postura de quienes han saludado, o celebrado, la victoria del magnate neoyorquino por oposición a su nefasta rival. La máxima viene a ser que como no somos capaces de vencer a la derecha sistémica, pues ni tan mal que lo haga la ultraderecha no tan sistémica. Un revival del «cuanto peor mejor» que tan gratos resultados le ha dado a la izquierda. Las condiciones estarán dadas pero nosotros vamos dados.