24 DéC. 2016 CRÍTICA «Pixi Post eta opari-emaileak» Hacia la multiculturalidad de los mitos navideños Mikel INSAUSTI Después de todo un ciclo animado completo que no ha fallado a su anual cita navideña, Olentzero descubre que no está solo en el mundo con “Pixi Post eta opari-emaileak”, donde aparece reunido con el resto de mitos navideños procedentes de otras culturas. La imagen en la que Olentzero, Papa Noel, San Nikolas, los Reyes Magos y el Hoteiosho japonés forman parte de un gran foro de repartidores de regalos es algo nunca visto y resulta tan sorprendente como original. Recuerda a las antológicas reuniones de los monstruos clásicos del terror de la Universal, o a la más reciente tendencia de equipos de superhéroes salidos del cómic. Y no se puede negar ese tipo de influencia de la historieta gráfica en la creación de una superheroína, que no es más que una elfo adolescente con cierta capacidad para la transformación o el disfraz, y que a falta de superpoderes dispone de una coleta móvil que le saca de muchos apuros. Responde a un diseño muy divertido y actual, en confrontación con el villano de turno, cuya maligna voz ha sido muy bien trabajada por Iñaki Beraetxe. El tal Monopolish es la némesis perfecta para la estelar Pixi Post, rostro visible de un producto que va a competir sin complejos en la cartelera navideña con rivales de mucho mayor presupuesto. Porque no se queda atrás con respecto al feminismo incorporado en Disney a raíz de la adquisición de Pixar, sustituyendo a las princesas y hadas tradicionales por niñas de acción. Otro aspecto a alabar en “Pixi Post eta opari-emaileak” es la habilidad con que, tratándose de una obra infantil, introduce la crítica a la mercantilización de la Navidad. Mediante una tecnología de transmutación se convierte a los mitos navideños en figuras troqueladas para ser exhibidas en los escaparates. Otro tanto sucede con la problemática ambiental, aprovechando que los elfos trabajan en el corazón de la Artántida.