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OSASUNA

Soluciones desesperadas

Director deportivo local y delegado visitante se sentarán en los dos banquillos que ahora mismo más queman de la máxima categoría.


Con la máxima exigencia y la mínima experiencia. Así comienza su periplo en los banquillos al más alto nivel Petar Vasiljevic, hasta ahora ejerciendo en los despachos rojillos, que ha sido ‘obligado’ a bajar al césped, en lo que parece más un castigo que un premio por parte de la junta directiva presidida por Luis Sabalza.

Una situación cuando menos paradójica, además por partida doble, ya que al otro lado se sentará el hasta ahora delegado del Valencia, Salvador González Marco, más conocido como Voro. Ambas soluciones de urgencia dejan bien a las claras la situación de perentoriedad que viven las dos escuadras que se van a medir esta noche en El Sadar para cerrar la jornada.

Osasuna inicia ante el Valencia un enero en el que se va a jugar el todo por el todo en sus escasas opciones ahora mismo de salvar la categoría. Que el conjunto rojillo no haya ganado todavía en casa cuando está a punto de cumplirse la primera vuelta es más que significativo y a Vasiljevic le ha caído en suerte lidiar a pie de campo con la plantilla que el serbio confeccionó a lo largo del pasado mercado veraniego.

Sin llegar aún esos refuerzos invernales que tanto está demandando el pobre juego del equipo –y frustradas algunas de las primeras opciones–, el conjunto navarro tendrá que afrontar una cuesta que se antoja complicada, de la mano de un técnico con el único bagaje de haber sido ayudante de dos equipos juveniles y con una plantilla cuya desmotivación en la era Caparrós fue patente, que ahora se espera varíe en su actitud tras la marcha del técnico andaluz. Una nueva etapa que se vislumbra como el último cartucho que le queda a Osasuna para obrar el milagro de la permanencia. Y está claro que si no hay un cambio de rumbo, o al menos de disposición, el graderío no solo va a pedir la cabeza de Vasiljevic, sino que apuntará más alto.

Tres centrales

Con apenas cuatro sesiones, si sumamos la que se celebrará hoy por la mañana, la primera gran novedad será la vuelta a la defensa de tres centrales, confirmada por el nuevo entrenador, «con dos carrileros largos, que sean extremos», señaló. Ni qué decir tiene que este dibujo táctico otorga la posesión de la pelota al rival, caso de que esos futbolistas de banda no colaboren con la medular, como ya ocurriese en algunos precedentes con Enrique Martín en el banco.

Para solventar esta inferioridad en la sala de máquinas, el grupo ha ensayado con la posibilidad de que quien forme en el eje de la zaga se adelante varios metros para facilitar la salida de balón desde atrás. Una solución solvente si se sabe ejecutar con criterio, pero peligrosa si no se lleva a cabo con precisión, pues las pérdidas pueden resultar mortales.

A la espera de cuál será el primer once de Vasiljevic –aseguró tenerlo claro–, lo que sí quedaron patentes fueron sus descartes. Fausto –de los pocos que le pusó intensidad ante el Eibar–, Fuentes, Álamo y un Olavide que no cuenta para ningún míster sufrieron la primera criba, amén de un Rivière que, bajo la excusa de una supuesta lumbalgia, busca su salida. El Valencia aterriza en el estadio iruindarra sumido en una grave crisis institucional –en una semana han dimitido Prandelli y Pitarch–, y recupera a los centrales Santos y Mangala para un envite que también encara como una final.

 

«Ni los jugadores ni yo nos vamos a esconder»

Sabedor de que se le va a mirar con lupa, Vasiljevic comentó que «ni los jugadores ni yo nos vamos a esconder, confío en que demos el máximo y que los futbolistas compitan a tope», a la par que solicitó para sus pupilos «el apoyo que siempre han tenido» desde la grada, especialmente en aquellos momentos «de sufrimiento».

Destacó que se ha encontrado un grupo «muy predispuesto y abierto», ante el que su cometido va a ser «recuperar» el nivel de sus componentes, si bien de momento ha dispuesto de un «corto plazo» de apenas unos pocos días para insuflarles los conceptos que el técnico serbio desea.

Así, admitió que todavía le quedan por transmitir movimientos en algunas situaciones, como a balón parado, aunque esperó que sus jugadores «salgan a competir y ganar», y con la necesidad propia «de ganar», después de no haberlo hecho en toda la temporada en El Sadar. Respecto al rival, apuntó que se trata de un equipo «tocado, pero con muchos futbolistas de alto nivel».

Por su parte, Voro, que viene de un estreno desastroso –perdió 1-4 en Copa contra el Celta–, señaló que «vamos a estar en condiciones de ir a por el partido» porque «los jugadores saben que los resultados es lo único que puede cambiar esto». N.M.