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DE REOJO

Perdón


El Estado español por boca de su actual ministra de Defensa ha pedido perdón a los familiares de las víctimas del Yak-45 donde fallecieron sesenta y dos militares españoles. Y lo ha hecho en sede parlamentaria, en una Comisión dedicada al asunto tras un documento del Consejo de Estado que señalaba las negligencias de toda índole que causaron el fatal accidente y responsabilizaba de las mismas al propio ministerio cuyo titular era Federico Trillo. Es noticia de apertura de los noticiarios, motivo de comentario en todas las tertulias, aparece en las portadas de los periódicos, aplauso de los familiares presentes, alivio de muchos sufrimientos añadidos por la malísima gestión en el momento del suceso, placebo para aliviar tensiones y reafirmación de la figura de Dolores de Cospedal como política de futuro.

Si han empezado a pedir perdón por un acto evidente, ¿queda alguna esperanza de que el PP se regenere y empiece a pedir perdón por todo aquello que han robado, han amañado, han mentido, han causado dolor innecesario, han prevaricado y han privatizado? No se espera esta transformación, ni sería asumible tanta voluntad de reparación sin que se abrieran causas penales contra ellos. En lo del Yak-42 ya no hay posibilidad de ello. Se juzgó, se encausó a subordinados, algunos fueron condenados levemente y después se les amnistió de manera vergonzante. No hay vuelta a tras. Pero habrá que matizar todo.

Esto huele igual que lo del Metro de Valencia, lo del Alvia de Galicia y tantos otros accidentes en donde los diferentes gobiernos del  PP en el ámbito de su responsabilidad política han intentado ocultar todo los sucedido para eludir la señalización de la culpabilidad de entidades, recortes, malas gestiones y soberbias acumuladas. Y obstrucción a la justicia de manera ostensible. Sin perdón.