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China se hace querer tras el rechazo de Trump al TPP

Mientras Australia, Nueva Zelanda y Japón buscan un «plan B» tras el rechazo de Donald Trump al TPP y no cierran la puerta a una eventual incorporación de China, Pekín se muestra dispuesto a acelerar el desarrollo de otras zonas de libre comercio.


Después de la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de sacar a su país del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), China se deja querer por quienes hasta ahora eran sus socios en ese tratado, pide paso para llenar el vacío dejado por la salida de EEUU y se ha mostrado «dispuesta a acelerar» sus alternativas para proseguir con la liberalización del comercio mundial.

El ahora probable fracaso del TPP, firmado en 2015 por 12 países de Asia y el Pacífico, pero sin China, podría permitir a Pekín relanzar los tratados comerciales en los que sí está presente y reconstruir a su manera el mapa del comercio regional. Ayer, la portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, anunció que seguirá impulsando la Asociación Económica Regional Integral (RCEP) y el Acuerdo de Libre Comercio para Asia Pacífico (FTAAP), que sí incluyen a China, a diferencia del TPP, que siempre fue visto como una iniciativa de EEUU para contrarrestar el poder económico y comercial del gigante asiático en la región.

Teng Jianqun, experto del Instituto de Estudios Internacionales de China (CIIS), adscrito al Ministerio de Exteriores, consideró que China podría unirse ahora al TPP. «Si se producen nuevas negociaciones, no creo que haya ningún obstáculo que lo impida», porque a China le interesa en cuanto que se trata de un acuerdo de comercio regional y China quiere incrementar la cooperación con todos los países», valoró Teng.

Frente al giro proteccionista de Trump, el presidente chino, Xi Jinping, se ha presentado como el abanderado de la globalización y el libre comercio, aunque ha descartado que vaya a asumir el liderazgo de la economía mundial.

Tras el rechazo de &dcFour;Trump al TPP, algunos de sus hasta ahora socios, como Australia, Japón u otros países, intensifican los contactos para buscar un «plan B» y barajan opciones como abrir la puerta a la entrada de China. Los primeros ministros japonés, Shinzo Abe, y australiano, Malcolm Turnbull, que representan a las dos mayores economías del tratado junto a EEUU, dieron un paso al frente para tratar de salvar el acuerdo, mientras seguían confiando en una rectificación de Trump.

«Existe la posibilidad de que el TPP proceda sin EEUU», señaló Turnbull, quien planteó un tercer escenario a la posible entrada de China o de Indonesia. «Ciertamente, existe un potencial para que China se una al TPP», afirmó.

Japón, el principal aliado estadounidense en la región y enfrentado a China, calificó, sin embargo, de «sinsentido» un eventual acuerdo sin Washington «porque se desequilibra la balanza entre intereses fundamentales». Para Tokio, invitar a China al TPP supondría un elevado riesgo estratégico debido a su peso y a una posible reformulación de las reglas comerciales acorde a sus intereses, por lo que los analistas ven más probable que Japón concentre sus energías en negociar un acuerdo bilateral con EEUU.

Entre el resto de signatarios, Nueva Zelanda, Singapur, Chile, México y Perú se muestran dispuestos a dar una nueva forma al acuerdo, mientras Malasia o Vietnam buscan ya alternativas, como avanzar en la integración económica de la ASEAN.

 

Resucitados los polémicos oleoductos Dakota y Keystone

Donald Trump, firmó ayer dos órdenes ejecutivas para resucitar los polémicos proyectos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, a los que se oponen ambientalistas e indígenas y que fueron vetados por la Administración Obama. Eso sí, puso como condición que se ejecuten con acero nacional.

El Dakota Access llevaría medio millón de barriles de petróleo desde Dakota del Norte a una infraestructura existente en Illinois, atravesando el río Misuri y el lago artificial Oahe, fuentes de agua potable para la tribu Standing Rock Sioux, que teme la contaminación acuífera y la destrucción de áreas sagradas. Indígenas y grupos de apoyo, a los que se unieron unos 2.000 veteranos, mantuvieron una encarnizada resistencia.

El oleoducto Keystone XL transportaría unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido desde Alberta (Canadá) a distintos lugares de EEUU. Los ecologistas critican sus efectos sobre el medioambiente en parte del recorrido.GARA

 

Promesas para atraer al sector automovilístico de vuelta

Durante la reunión mantenida ayer con los máximos responsables de los fabricantes estadounidenses de vehículos General Motors, Ford y Fiat Chrysler Automobiles, en la que Gobierno y sector automovilístico hicieron las paces, Donald Trump les animó a construir nuevas plantas de producción en EEUU y a impulsar el empleo nacional, y les dijo que reducirá normativas, regulaciones medioambientales e impuestos para favorecer la vuelta de factorías a EEUU. El presidente de Ford, Mark Fields, que ejerció de portavoz del grupo, dijo que el sector apoya las medidas adelantadas por Trump.

General Motors, Ford y Fiat Chrysler anunciaron recientemente nuevas inversiones y la contratación de empleados en EEUU, aunque todas cuentan con una amplia presencia en México. Y tras la reunión, de menos de una hora, las principales incógnitas sobre los planes del Gobierno para el sector, como la amenaza de imponer aranceles aduaneros del 35% a los vehículos que fabrican en México y son importados, siguen sin respuesta.GARA