25 JAN. 2017 PUIGDEMONT EN EL EUROPARLAMENTO El Govern pide a la UE implicación en un plebiscito que celebrará «sí o sí» La cúpula del Ejecutivo catalán, con Carles Puigdemont escoltado por Oriol Junqueras y Raül Romeva, se presentó ayer en el Parlamento Europeo para explicar la cuestión catalana, reiterar que convocarán el referéndum haya o no haya acuerdo con Madrid, y pedir a Bruselas que se implique. «No podrán mirar hacia otro lado», dijo el president. Beñat ZALDUA No lo tenían fácil. A la misma hora, el nuevo presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani, había convocado una recepción como flamante autoridad, y previamente el eurodiputado del PP Esteban González-Pons había enviado una carta pidiendo a sus correligionarios, «como amigo», que no acudiesen a la conferencia catalana. Sin embargo, fueron más de trescientas las personas que ayer escucharon al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, reafirmar en el Parlamento Europeo su compromiso con la convocatoria de un referéndum vinculante este 2017. «Si es pactado, mucho mejor, así lo preferimos. Si no puede ser, manifestamos que lo organizaremos igual», apuntó. Flanqueado por el vicepresidente además de exeurodiputado de ERC, Oriol Junqueras, y por el consejero de Exteriores y exeurodiputado de ICV-EUiA, Raül Romeva, Puigdemont aprovechó el escenario para pedir la implicación de la Unión Europea en la cuestión catalana, en la que «no está en juego la independencia, sino la democracia». El president remarcó que el catalán es «un problema europeo» en el que la UE «no podrá mirar hacia otro lado». El llamamiento de Puigdemont, en catalán, francés e inglés, fue rotundo: «Europa debe ser parte de la solución, por coherencia con los valores y principios democráticos que le inspiran, por pragmatismo y como siempre lo ha hecho ante cambios geopolíticos profundos, adaptándose, con diálogo político primero y encaje jurídico después». Para que el llamamiento a implicarse resultase creíble, Puigdemont lo acompañó de una firmeza en la defensa del referéndum desconocida hasta ayer. Sin peros y sin condicionantes como los presupuestos, insistió en que «la oferta de diálogo es permanente», pero no paralizadora. «Queremos dejar claro que no nos pararemos si el Gobierno español continúa obstinado en el no a todo y se niega a cualquier negociación. Tal y como me comprometí ante el Parlament, como máximo en el mes de setiembre de 2017, Catalunya celebrará un referéndum vinculante sobre la independencia de Catalunya». Discurso trenzado El discurso de Puigdemont condensó toda la artillería argumental de la que dispone Catalunya en la arena internacional, que a falta de las palancas propias de un Estado, no es poca. En resumen, se trata de mostrarse más europeístas que los propios padres de la UE («la propuesta catalana de referéndum es profundamente europeísta»), de repasar la secuencia histórica que muestra como algo lógico e inevitable el proceso soberanista («la sentencia del Estatut supuso un antes y un después»), y de encuadrarlo absolutamente todo en el terreno de juego de la democracia, sin mención alguna a nada que huela a identitario. Una pequeña muestra: en un discurso de cinco páginas, Puigdemont pronunció la palabra «nación» en dos ocasiones; las dos en la misma frase. Al contrario, «democracia» y «democrática» se pudieron escuchar hasta 16 veces, repartidas a lo largo de todo el texto. Así, ante un público diverso en el que se pudieron ver eurodiputados de distintos partidos y países, numerosos periodistas acreditados en Bruselas y miembros de think-tanks con sede en la capital burocrática de la UE, Puigdemont situó el inicio del actual proceso en la sentencia del Estatut, tras la cual defendió que «el encaje de Catalunya en España era imposible». El relato continúa con las masivas movilización de las Diadas, con más de 1,5 millones de personas saliendo a la calle cada año. «En ningún otro lugar de Europa se ha visto una manifestación comparable a estas», dijo el president, que siguió recordando que dichas movilizaciones tienen su traslación en el Parlament, donde recordó que existe una mayoría independentista de 72 diputados (sobre un total de 135). De ahí a la defensa del referéndum (previa mención de los plebiscitos de Escocia y el Quebec) solo hay un paso: «Es evidente que este proceso requerirá una validación democrática de la ciudadanía que le dé carácter definitivo». Puigdemont también recordó que en 2010 eran solo 14 los diputados elegidos con un programa independentista, momento en el que el discurso saltó a la arena de la democracia y la deslegitimación del Estado español, al que afeó no preguntarse «qué ha pasado» para que se pase «14 diputados (independentistas) a 72 en solo cinco años». «Solo puede tener miedo de votar quien tenga miedo de conocer el resultado y no esté dispuesto a aceptarlo», dijo sobre el Estado español, del que criticó también la opción de «perseguir judicialmente el proceso». Tras citar el acoso judicial a Artur Mas, Joana Ortega, Irene Rigau y Francesc Homs, que serán juzgados «por poner urnas y hacer posible que más de 2,3 millones de catalanes pudiesen expresar su opinión», y el caso de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, denunciada por la Fiscalía, Puigdemont subrayó para acabar su principal argumento ante Europa: «La noción de democracia convencional, es decir, la que es homologable a la Unión Europea, y la noción de democracia que demuestra tener el Estado español distan mucho». Los presupuestos entran en la recta final Los términos se van agotando y la aprobación de los presupuestos de la Generalitat, a los cuales el Govern supedita la convocatoria de un referéndum sobre la independencia, siguen en el aire, si bien en los últimos días ha habido acercamientos entre Junts pel Sí y la CUP que permiten augurar la posibilidad de llegar al final a un acuerdo. El Govern ofreció el lunes como concesión un pequeño fondo para una renta de garantía de ingresos, la creación de nuevas plazas de profesorado y un impuesto a los vehículos contaminantes que, en cualquier caso, no atiende a las demandas de la CUP, que pide subir el IRPF a las rentas más altas, tal y como recordó ayer el diputado Albert Botran. La reunión definitiva de la CUP está prevista para este sábado, si bien el Consell Polític podría dar el mandato de seguir negociando.B.Z.