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El Supremo obliga a Theresa May a llevar el Brexit al Parlamento

La mayor instancia judicial británica falló en contra del recurso del Gobierno conservador y dictaminó que no puede decidir por sí mismo sobre el inicio del Brexit, por lo que debe ser aprobado en las dos cámaras de Westminster. El Ejecutivo insiste en que, a pesar de ello, «el calendario del Brexit se mantiene igual». El tribunal también falló que los parlamentos de Escocia, Gales y norte de Irlanda no tienen derecho a veto sobre la activación del artículo 50.


Con una mayoría de ocho a tres, el Tribunal Supremo británico dictaminó ayer que el Gobierno de Theresa May debe de obtener la aprobación del Parlamento de Westminster para comenzar las negociaciones con la UE sobre la salida del bloque. La que se considera como la resolución más importante de la historia reciente de Gran Bretaña reconoce el poder del Ejecutivo para modificar tratados internacionales a través de la figura de la «prerrogativa real», pero matiza que «la salida del territorio de la UE afectará a los derechos de los británicos» y, por lo tanto, «sólo el Parlamento es soberano para decidirlo». El Tribunal también falló que el Gobierno no está obligado a llevar el asunto a los parlamentos de Escocia, Gales y el norte de Irlanda porque «las relaciones con la UE y otros asuntos de política internacional están reservadas al Parlamento y al Gobierno, y no a las instituciones autónomas».

El fallo supone un obstáculo en los planes de May para invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa antes de que finalice marzo. Sin embargo, el Gobierno ya esperaba que el pronunciamiento judicial fuera en esta línea y el calendario del Brexit «no se verá modificado» porque «ya se ha pasado ya el punto de no retorno», explicó en la Cámara de los Comunes el ministro del Brexit, David Davis, tras conocer la resolución. Ante una Cámara repleta de diputados ansiosos por conocer detalles del proyecto de ley que deberá de aprobar el Parlamento, Davis sólo avanzó que el texto se debatirá «en los próximos días» y que será «lo más conciso posible, con el fin de que otorgue el poder al Gobierno para activar el artículo 50» y dar el pistoletazo de salida a las negociaciones.

El Ejecutivo tiene preparado un texto muy breve para tratar de que se presenten el menor número de correcciones posible. Sin embargo, los diputados podrán utilizar las enmiendas para entorpecer el proceso, sobre todo tras del discurso de May de la semana pasada en el que avanzó su intención de ejecutar un «Brexit duro». En concreto, la oposición laborista ya ha avanzado que «buscará el mayor control parlamentario posible del Brexit». Su líder, Jeremy Corbyn, recordó que el Partido Laborista no bloqueará el inicio de las negociaciones con la UE «por respeto al resultado del referéndum», pero que presentará enmiendas para evitar que el Gobierno transforme Gran Bretaña «en un paraíso fiscal tras el Brexit». Por ello, empleará el debate parlamentario para instar al Ejecutivo a rendir cuentas al Parlamento durante la negociación. En este sentido, el secretario del Brexit en la sombra –el Gabinete que la oposición tiene paralelo al Gobierno– instaba a Davis a que se prepare una guía que sirva para «realizar un escrutinio parlamentario del proceso», subrayó Keir Starmer.

Sturgeon se reafirma en llevar a Holyrood el voto sobre el Brexit

La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, se mostró «decepcionada» con el fallo del Supremo que libera al Gobierno de May de consultar a los parlamentos de Escocia, Gales y norte de Irlanda sobre el inicio del Brexit. Un dictamen que, según dijo, «plantea asuntos fundamentales para Escocia». Lamentó que se esté demostrando que «las afirmaciones de que Escocia es un socio igualitario son retórica vacía» y eso plantea cuestiones que van más allá de la pertenencia o no a la UE. En clara referencia al segundo referéndum de independencia, Sturgeon se preguntó si Escocia debe estar satisfecha aceptando que el futuro lo dicte el Gobierno cada vez más de derechas de Londres, con un sólo representante del partido (Conservador) en Holyrood o si es mejor que decida sobre su propio futuro. Asimismo, «por principio democrático» y porque el Brexit afecta a los poderes del Parlamento escocés, Sturgeon anunció que llevará al parlamento de Edimburgo «una propuesta de ley que permita a la Cámara votar el artículo 50 del Tratado de Lisboa», aunque el resultado no sea vinculante. El SNP presentará hasta 50 enmiendas al texto que se presente en Westminster.GARA