GARA Euskal Herriko egunkaria

Jugar fuera de Gasteiz debe dejar de ser un problema para el Baskonia

Aunque el Barcelona, siguiente rival de Saski Baskonia en la Euroliga, atraviesa un momento duro, jugar lejos de Gasteiz viene a ser un suplicio para los de Sito Alonso. Su última experiencia fue la derrota por 92-62 frente a Olympiacos y las alarmas están encendidas.


Fuera de casa siempre es más difícil ganar, pero atendiendo a las palabras del maestro Bozidar Maljkovic, «los grandes equipos se demuestran que lo son lejos de su cancha». No es ningún secreto que Saski Baskonia está sufriendo más de la cuenta cuando abandona la protección del Buesa Arena, sobre todo en Euroliga, y más tras el 92-62 adverso ante Olympiacos. Tres derrotas seguidas en la competición continental y visita al Palau Blaugrana para esta tarde. En principio, no parece el lugar perfecto, pero deberá ser el adecuado para romper esta tendencia.

Como suele ser habitual en Sito Alonso, reserva sus artes oratorias y de birli birloque para cuando llegan mal dadas. En contra de lo que suele decirse en estos casos, el técnico de Monzón explicaba en la previa al duelo de esta tarde (19.00) que «antes éramos muy buenos y ahora estamos siendo malos porque hemos perdido la perspectiva de las cosas para ser un equipo competitivo». «Lo más fácil es buscar una victoria para recomponer tu estado. Pero mi objetivo es que el equipo vuelva a hacer las cosas que nos ha hecho jugar bien al baloncesto», añadía.

Hasta ahora, los resultados han seguido una pauta en la que lejos de casa ha tocado sufrir. De las ocho derrotas del Baskonia en Euroliga, seis llegaban a domicilio; de las cinco en la Liga ACB, cuatro. De los 18 partidos que ha disputado lejos de casa el cuadro gasteiztarra entre competición doméstica y continental, el balance es de 8 victorias y 10 derrotas, siendo la Euroliga el torneo más despiadado, con un balance de 3-6, con 78,33 puntos anotados de media y 86,44 encajados. En el Buesa Arena, en cambio, el balance difiere radicalmente: 8-2, con un promedio de 82,1 puntos a favor y 72,6 en contra. En la Liga ACB, un claro 7-1.

Sí, es verdad que el resto de equipos también sufre cuando se aleja del calor de su hogar. Por mencionar a un equipo con las mismas 11 victorias que Saski Baskonia, Panathinaikos solo ha ganado dos partidos fuera del OAKA: 83-84 ante el Brose Baskets de Bamberg y 72-86 ante el Armani Milano, dos de los equipos más flojos del torneo. Lo sorprendente es encontrarse con un Darussafaka que suma cuatro de sus 10 triunfos a domicilio, hasta el punto de que su primera victoria en casa llegó a la tercera tentativa: 72-70 ante un Bamberg que es un caso de estudio por su incapacidad de ganar partidos con finales igualados. Al mismo tiempo, la primera derrota del Daçka lejos de su estadio llegó en la jornada octava; aquel día el cuadro de David Blatt cayó en el «derbi de los pobres», ante Galatasaray, por 85-81.

En cambio, Maljkovic volvía a tener razón. El nuevo líder de la Euroliga, el Real Madrid, suma seis triunfos lejos de Madrid; CSKA de Moscú, aunque últimamente ha bajado el pistón, también suma seis triunfos a domicilio. Olympiacos, tercero en discordia, suma cinco victorias lejos de su guarida del «pabellón de las dos mentiras», mientras que Fenerbahçe, cuarto clasificado de forma provisional, a pesar de recibir una somanta en toda regla en su visita a Gasteiz –cayó por un morrocotudo 86-52–, suma 12 victorias, cinco de ellas fuera de casa.

Bargnani no puede ser el culpable

En el devenir de esta Euroliga Saski Baskonia no lleva una marcha lineal. Por ello ha ganado partidos que pudo perder –Barcelona y Bamberg en casa; Unics Kazan fuera– y viceversa –Panathinaikos y Zalgiris Kaunas fuera; Olympiacos en casa–, de forma que la lectura sobre la flojera gasteiztarra lejos de casa, o su fortaleza en Zurbano, no deja de estar condicionada a los simples resultados, ignorando lo sucedido en el trámite.

Sin embargo, la realidad es la que es, de la misma manera en que los mejores partidos de los de Sito Alonso hasta la fecha, con la salvedad de la paliza sobre Fenerbahçe, han llegado sin el concurso de Andrea Bargnani, jugador llamado a ser estelar tras su vuelta de la NBA a Europa y que, a causa de las lesiones y sus propias carencias defensivas, está suponiendo una rotunda decepción.

Sito Alonso intentaba negar la mayor en su rueda de prensa previa al choque de esta tarde, pero no podía negar que había parte de verdad. «Ir metiendo gente continuamente nos distorsiona la cohesión grupal, como es el caso de Andrea –Bargnani–, pero pasa porque piensas que te va a distorsionar y dejas que lo haga. Y no tiene por qué influir en el rendimiento de los demás jugadores, pero es lo que ha pasado», reconocía.

La madre del cordero debe estar un poco más al fondo, y atañe a todos los miembros del equipo, según Sito Alonso. «No nos encontramos igual, porque no es la misma situación de juego con Andrea o sin él, pero el equipo ha dejado de hacer cosas que no dependen que esté o no Andrea. Aparte de los pocos minutos que él juega –8 contra Unics Kazan; 3 ante Darussafaka; 10 frente a Olympiacos; 9 contra Estrella Roja–, en el resto de los minutos jugamos más parados, sin energía en defensa, y es algo que nosotros hemos elegido y que hemos de cambiar de una manera radical», culminaba el de Monzón.

Y el Barça, que llega con las recientes bajas de Oleson y Renfroe, y el cambio de Faverani por Dorsey, se presenta como el rival adecuado para romper con esta tendencia, amén de distanciar en cuatro triunfos más el basket average a un rival directo.