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DE REOJO

Relativo


Seguimos con el fútbol como espejo de la realidad social. Para la realidad económica también podríamos utilizarlo porque es una buena muestra de las desigualdades entre los que más ganan y los que menos. Quizás exista una clase media estable bastante consolidada. Pero con las mismas desigualdades según equipos y categorías. Todo es relativo. Es en el fútbol donde las opiniones y el análisis de lo evidente más se contamina por la postura previa, el fanatismo, la ideología, es decir, la política, para recortar. Me tiene muy entretenido el caso de Roman Zozulya, un jugador ucraniano fichado por el Rayo Vallecano. La afición repudia ese fichaje debido a su manifiesta actitud neo-nazi, violenta en las redes. Ahora lo niega. Tiene su derecho. De momento está en el limbo. Tiene contrato firmado, pero es un peligro que juegue con su nuevo equipo y en el antiguo, el Betis, no puede. La cuestión es dónde colocamos el listón. ¿Hay que deslindar la profesión de alguien de su ideología? Sí, pero hay que matizar bastante porque todo es relativo

Estamos ante una actividad promocionada de manera exhaustiva, ejemplo de comportamientos y algunos clubes dependen de sus aficiones y en el caso de Vallecas es un barrio obrero madrileño y esta reacción de sus aficionados enfrenta al propietario actual con su base social. No es sencilla la postura a tomar. Los valores éticos no parecen estar en la bolsa de la actualidad. Un neo-nazi no es cualquier cosa. Aunque en España ha habido jugadores declaradamente franquistas que han jugado en La Roja. Algunos porteros vascos, no por ellos, sino por sus padres, han sido no fichados por algunos equipos. Todo es relativo.

Acaban de detener a un jugador del Atlético de Madrid de veinte años por agresión a su pareja. Un tema mayor que consideramos nada relativo.