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La Justicia rechaza restaurar el veto migratorio de Trump de inmediato

Un tribunal de apelación estadounidense rechazó en la madrugada de ayer la solicitud de la Administración Trump de restablecer de inmediato el decreto antiinmigración, bloqueado por una corte federal. De esta forma, se mantiene suspendida su aplicación y la prohibición de entrar en EEUU a los ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. El tribunal ha dado de plazo hasta hoy a las partes para que presenten más argumentos.


Un tribunal de apelaciones de EEUU rechazó ayer la petición del presidente, Donald Trump, para restaurar de manera inmediata el veto migratorio que impedía la entrada en el país de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, y pidió más argumentos antes de tomar una decisión definitiva.

La decisión deja por el momento en vigor la decisión del juez federal James Robart, quien bloqueó el viernes la aplicación del decreto con efecto inmediato sobre todo el país, lo que ha obligado al Gobierno a restaurar miles de visados y ha abierto de nuevo las puertas a millones de inmigrantes y refugiados.

El Gobierno de Trump inició el sábado un proceso de apelación de la decisión del juez Robart, y pidió a la Corte de Apelaciones del Noveno Distrito, que restaurara inmediatamente el veto migratorio bloqueado por el tribunal inferior.

La Corte negó esa solicitud, pero pidió a los demandantes –los estados de Washington y Minesota– que le presenten argumentos a favor de su posición antes de las 23:59 de ayer (08:59 hora de Euskal Herria) y al Gobierno, que haga lo mismo antes de las 15:00 de hoy (medianoche en Euskal Herria).

Según expertos legales, es probable que la batalla acabe relativamente pronto en el Tribunal Supremo.

Mientras tanto, pueden seguir llegando al país los refugiados de todo el mundo, que estaban vetados durante 120 días bajo la orden de Trump, y los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen), prohibidos durante 90 días de acuerdo con el decreto publicado el 27 de enero.

La batalla contra el veto migratorio de Trump la iniciaron Washington y Minesota, que argumentaron que el decreto era anticonstitucional porque provocaba discriminación contra una religión, la musulmana, algo prohibido en la Primera Enmienda de la Carta Magna.

Robart decidió el viernes bloquear el veto, al asegurar que las «circunstancias presentadas» requerían una «intervención para cumplir con el papel constitucional» del poder judicial.

La noche del sábado, Trump y su gabinete apelaron la decisión del juez y pidieron restaurar el veto. Se limitaron a argumentar que cuestionar judicialmente la decisión del presidente «constituiría una intrusión impermisible en la autoridad plena de la rama política (Ejecutiva) sobre la política exterior, la seguridad nacional y la inmigración».

Si el caso llegara al Supremo, lo encontrará dividido entre cuatro jueces de tendencia conservadora y otros cuatro de inclinación progresista, dado que el Senado aún no ha aprobado a un noveno magistrado que podría ser crucial para deshacer un posible empate en un caso de alto perfil como éste.

El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, señaló que el Gobierno usará «todos los medios legales» para restaurar el veto migratorio. «Vamos a ganar esta batalla» judicial, aseguró.

China rechaza la intromisión de Estados Unidos

El Gobierno chino pidió el sábado a EEUU que no se entrometa en sus litigios de soberanía con Japón, después de que el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, reafirmara el compromiso de Washington con Tokio en materia de alianzas defensivas y reiterara su compromiso de EEUU con la defensa de los territorios bajo control administrativo japonés, incluidas las islas en disputa.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lu Kang, instó a la Administración Trump a que deje de «hacer comentarios erróneos» sobre las islas Diaoyu, por las que Tokio y Pekín mantienen un conflicto de soberanía.

«Urgimos a EEUU a adoptar una actitud responsable, deje de hacer comentarios erróneos sobre la soberanía de las islas Diaoyu (llamadas Senkaku por Japón) y evite complicar más el asunto o provocar inestabilidad en la región», señaló Pekín.

El conflicto, que se remonta a 1895, se ha recrudecido en los últimos años a raíz de que Japón nacionalizara en setiembre de 2012 el suelo de tres de ellas.GARA