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DE REOJO

Fiscales


Los fiscales han decidido tener cuota de pantalla. Lo del ministro Catalán empieza a ser patológico, tiene una ambición desmesurada por ocupar minutos televisivos y para ello no se cansa de mostrarse prejuicioso, exagerado y malintencionado, además de poco ético y nada objetivo y descaradamente partidario. Su juguete es la Fiscalía General del Estado, un instrumento de todos los gobiernos, pero a veces algunos disimulan. En este caso es una provocación constante, quiere convertirlo en el abogado defensor del PP en sus corrupciones.

Un ministro que dice en público que unas fiscales son de segunda, casi becarias y que él hace caso a sus superiores, debería ser despedido de inmediato. No dimitir, no, cesado fulminantemente, porque está acusando a alguien que ha hecho su trabajo en nombre del Estado y ha acusado a un militante de postín del PP murciano y ahí viene el lío, ahí es donde sale este incendiario a meter fuego a todo el siempre sospechoso entramado judicial español, tan propenso a estos dislates ministeriales.

Si alguien ha alcanzado la gloria mediática es la fiscal jefe de Catalunya, doña Ana Magaldi, que tiene una imagen fantástica, yo la veía de lejos y me parecía una mujer espléndida, con mucha personalidad, pero la escuché y se me congeló la sonrisa. Monta una sesión de terapia españolista a partir de una mirada, que asegura nunca había visto otra tan cargada de odio. ¿Denunciará al ciudadano por una mirada? Es muy posible. Además el corrupto de Inda dice con un par que hay una violencia insostenible contra jueces y fiscales en Catalunya. Y la señora Magaldi el día que comparece Mas sale por la puerta principal del Palacio de Justicia como una estrella, y se queda mirando, “con mucha dignidad”, según asegura, a los manifestantes. Dignidad y odio. ¿Están en el código penal?