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Ser pensionista y mujer, un doble castigo inadmisible


Aunque al Gobierno Vasco se le llene la boca de igualdad sabe que no es cierto y que ya no es excusa el salir a la calle con palabras bonitas el 8 de marzo. Necesitamos hechos y, desgraciadamente, los que estamos viendo por parte de PNV y PSOE desde las instituciones que gobiernan, no hacen sino castigarnos una vez más.

Si además de mujer eres pensionista, el castigo es doble y esto debe terminarse de una vez por todas. Insistimos en que no queremos palabras bonitas. El Sr. Urkullu y su séquito están muy acostumbrados a pronunciarlas mientras, por otro lado, la respuesta a cada una de nuestras demandas es siempre la misma: no.

Si ya es sangrante la situación que atraviesa todo el colectivo de personas pensionistas, a quienes PNV, PSOE y PP les siguen dando la espalda y les niegan la posibilidad de tener una pensión mínima digna de 1.080 euros, como han reclamado 71.724 firmas entregadas en el Parlamento de Gasteiz el año pasado, las mujeres pensionistas somos, sin lugar a dudas, quienes más sufrimos esta situación al tener una pensión mucho menor que los hombres y quienes, a pesar de nuestros años, tenemos que hacer frente a la mayoría de las tareas.

Si esos mismos políticos que nos animan el 8 de marzo son los que nos niegan lo que nos corresponde, ahora hasta con la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) a la que tenemos que recurrir por tener una pensión tan mísera, negándonos hasta la subida que nos corresponde por Ley, la establecida para el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Recordar que de las 15.817 personas pensionistas de la CAPV que tienen que solicitar la RGI por la miseria de sus pensiones, el 67,88% (10.737) son mujeres que perciben una pensión tan baja que no llegan al mínimo establecido por la RGI.

Las pensiones de las mujeres son, en general, más precarias que las de los hombres, porque muchos de los trabajos a los que hemos podido acceder han sido en condiciones de explotación laboral y salarial. Tenemos como ejemplos las empleadas del hogar, las jornadas parciales y otras tantas. Sabemos que hay discriminación salarial, ya que antes como ahora, las mujeres ganamos un 33,6% menos que los hombres y en las pensiones, la diferencia puede llegar a un 40% menos.

Todo eso sin tener en cuenta al gran colectivo de mujeres que no entran en esas estadísticas. Todas aquellas que pese a estar trabajando en el cuidado de las familias durante muchos años, no cotizaron y no han tenido acceso a pensión. Recordar también que de las 63.797 personas que perciben la RGI, la mayoría de ellas, 35.951, son mujeres.

Las mujeres, más si somos pensionistas y pobres, no les importamos y eso, pese a sus discursos «bonitos» cara a la galería, pues en el día a día comprobamos que la realidad es otra, sus actos demuestran lo contrario y no les importamos.

Las mujeres que participamos en el Área de Pensionistas de LAB hacemos un llamamiento a la sociedad vasca, en especial a las mujeres, a movilizarse para gritar alto y claro que no estamos dispuestas a seguir siendo castigadas y menos doblemente. Es hora de salir a la calle, de exigir los derechos que nos corresponden como mujeres, como pensionistas, y que podamos vivir con dignidad nuestros últimos años de vida.

No podemos permitir que políticas neoliberales y antisociales como las que se practican desde el gobierno del Estado o desde las instituciones vascas sigan castigando a las personas más necesitadas, y especialmente, a las mujeres.

Un año más, el 8 de marzo se convierte en un día de lucha, de movilización y de denuncia. La movilización colectiva, el salir a la calle a reivindicar esos derechos son el único camino para conseguirlo. Las palabras bonitas son, en demasiadas ocasiones, palabras huecas dichas por algunos políticos tan solo para quedar bien. Y ya está bien.

De eso sabemos mucho las mujeres pensionistas que comprobamos cómo se nos niegan unas Pensiones Mínimas Dignas de 1.080 euros, como venimos reclamando con miles de firmas presentadas en el Parlamento de Gasteiz, para no tener que vivir por debajo del umbral de la pobreza, pero PNV, PSOE y PP nos las niegan.