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Malasios y norcoreanos, rehenes del conflicto diplomático


Pyongyang prohibió ayer a los malasios salir de Corea del Norte, lo que provocó una respuesta inmediata de Kuala Lumpur. Malasios y norcoreanos se han convertido así en rehenes de un conflicto diplomático que se intensifica desde la muerte en Malasia del hermano del líder norcoreano, Kim Jong-nam.

Las sanciones diplomáticas recíprocas marcan el aumento de la tensión entre Malasia y Corea del Norte, que se enfrenta a otra condena internacional tras las nuevas pruebas de misiles confirmadas por Pyongyang.

Corea del Norte decidió «prohibir temporalmente todos los nacionales de Malasia (en Corea del Norte) salir del país» hasta que el Gobierno de Malasia resuelva el conflicto «de una manera justa y oportuna, con buena voluntad», informó la agencia norcoreana KCNA. Actualmente, según Kuala Lumpur, hay once malasios, que podrán «hacer negocios y vivir con normalidad», añadió la KCNA.

El primer ministro malasio, Najib Razak, calificó la decisión de «atroz» y anunció sanciones idénticas para «todos los ciudadanos de Corea del Norte en Malasia», que podrían ser mil.

Mientras Pyongyang confirmaba el lanzamiento la víspera de cuatro misiles en dirección a Japón, Seúl y Washington comenzaron a instalar al norte de la ciudad surcoreana de Seongju el polémico escudo antimisiles THAAD, lo que eleva aún más la tensión en la zona. El despliegue fue criticado por China y Rusia.