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DE REOJO

Borrador


Ignacio Arsuaga es el presidente de la asociación de ultras del autobús transfóbico, es conocido como de la vergüenza. Salió en ese lugar televisivo llamado La Sexta Noche que conduce, ya de manera estelar y sin estar tan pendiente del pinganillo, Iñaki López. Le hemos dado fuerte desde aquí, pero dentro de su estilo, de sus capacidades, la evolución ha sido a mejor. Consolidado al frente del programa, sabe nadar entre tiburones. Empieza a ser fundamental. Acertaron al contratarlo y al mantenerlo en los momentos de duda. Ha crecido. Y me gustó su actitud ante Arsuaga. El abogado dice con convencimiento: «No quiero que a mis hijos les inciten a experimentar relaciones homosexuales en la escuela». Fantástica mamarrachada. Su cruzada se sustenta en eslóganes de difícil catadura, como que «los heterosexuales nos sentimos discriminados por lo LGTB». Lo serás tú. Yo me siento ofendido como persona sexuada por barbaridades de esta magnitud dichas como verdades absolutas. La biología es esgrimida por estos fanáticos como excusa argumental. Poner la ciencia al servicio de los mensajes basados en las creencias de una religión es una falacia y un acto cínico muy frecuentado por estas campañas de desinformación. Y estamos de acuerdo en que se deben debatir asuntos de esta importancia, pero hacerlo desde la libertad de pensamiento, el comprender que la identidad es una construcción no robótica, sino que además de cuerpo, existen comportamientos, deseos, gustos, proliferación de opciones de práctica de la sexualidad. Cercenar un derecho de elección de sexo, no es un acto azaroso, es un paso trascendental que toma cada individuo. Tengo la sensación de que en estos asuntos todavía estamos con el borrador legislativo  y de penetración social sobre estas posibilidades de aumentar derechos con muchos borrones.