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Pelota

Olaizola II halla el resquicio por el que salir a flote

Superiores en el peloteo, Elezkano-Zabaleta se adelantaron 8-11, pero no supieron sentenciar y lo pagaron.


OLAIZOLA-UNTORIA 22

ELEZK.-ZABALETA 15


El propio Aimar fue el primero en reconocer que, como pareja, no habían sumado mucho ayer en el Labrit, que jugando igual, defendiéndose tanto tiempo ante Irribarria-Rezusta, sus últimos rivales en el camino hacia la final, no tendrán nada que hacer, pero lo hizo justo después de ofrecer otra lección de efectividad, de ejercer de lo que sigue siendo, un número uno, que se las ingenió para tapar las fugas que Untoria mostró en la primera parte del partido, de saber sufrir para esperar su momento e ingeniárselas para encontrar la vía por la que salir a flote. Y eso es lo que vale.

Tras los siniestros de la semana pasada, el de ayer era un duelo por la supervivencia en el que solo podía quedar uno y, como en la vida real, mantener la calma en el momento crítico resultó clave para escapar con vida.

Y eso que la cosa no pintaba demasiado bien para los intereses de la pareja de Asegarce cuando, a punto de superar el ecuador del partido, los de Aspe conseguían una renta de tres tantos en el 8-11. Pero más que el marcador, eran las sensaciones que las parejas ofrecían sobre la cancha las que marcaban.

Porque con un Elezkano romo en ataque y un Untoria que justo devolvía, con apuros, los pelotazos de un Zabaleta en su versión buena, el partido parecía una especie de duelo individual entre el de Etxarren y Olaizola, en el que aquel que fuera capaz de llevar el partido a su terreno, saldría vencedor.

De más a menos

Y en esa fase previa al meridiano era el zaguero de Aspe el que mandaba. Untoria por momentos recordaba a aquel zaguero lleno de dudas, incapaz de quitar pelotas al delantero rival de la primer vuelta y, con Olaizola bastante desactivado, todo parecía cuestión de que Danel Elezkano acertara a aprovechar esa pelota franca que le iba a llegar para despegarse en el marcador.

Sin embargo, el de Zaratamo adoleció de esa falta de instinto necesario a estas alturas de competición y eso se paga, mucho más ante un finalizador del nivel de Aimar.

Porque lejos de desesperarse, el de Goizueta trabajó para mantener a su pareja en el partido, a la espera de su momento, que terminó llegando. Porque entre que a Elezkano se le abrió ese pequeño corte en el dorso de la mano que ya le dio problemas la semana pasada, y que Zabaleta acusó el trote de una primera mitad de partido bastante equilibrada y peloteada, los azules tuvieron su bajón y al de Asegarce se le abrió el horizonte.

Y solo necesitó un instante, el preciso, para, casi sin dejar que su zaguero interviniera en el juego, sacar su gancho de zurda a pasear. Con el saque y las dificultades de Elezkano para recoger las pelotas del ancho como apoyo, Aimar pegó el estirón definitivo y se las arregló para mantener las constantes vitales.

Peña-Salaverri completan la final

Seis años después de que Olaetxea-Albisu se calaran la txapela del Parejas de Promoción en 2011, Asegarce recuperará el título de la distancia, tras haber colado a dos de sus parejas, Arteaga II-Erasun y Peña-Salaverri en la final prevista para el día 2 de abril en una sede aún por concretar, pero que bien podría ser Donostia o Tolosa, por cercanía para tres de los protagonistas.

Arteaga-Erasun solo necesitaban seis tantos el viernes en Oñati ante Laso-Iturriaga, líderes en la primera fase, pero no especularon y vencieron a los navarros, venidos a menos en la liguilla, por 22-13.

Este resultado beneficiaba, y mucho, a Peña II-Ibai Zabala –sustituto de Salaverri– que necesitaban 16 tantos ante Gorka –que entró de parte de Errandonea– y Martija, que debían dejar en 14 a sus rivales. No hubo que hacer cuentas, pues los de Asegarce se mostraron muy superiores en el Labrit y sumaron su segunda victoria de la liguilla por 10-22.J.O.