09 MAI 2017 PERFIL Un cura comprometido en su tierra y en América Iñaki VIGOR IRUÑEA Plazido Erdozain Beroitz fue enterrado ayer por la tarde en el cementerio de Agoitz tras el canto del ‘‘Agur jaunak’’, después de que sus amigos de Aezkoa le dedicasen unos bersos y un sentido irrintzi de despedida. Este agoizko de 81 años ha pasado la mayor parte de su vida comprometido con los pobres, no solo como cura sino también políticamente. Dejó su pueblo para ir a estudiar Teología en Roma, y en el año 1962 fue enviado a Suramérica. Primero estuvo dos años en Colombia y luego fue a El Salvador, donde se dedicó a ayudar a los pobres. Su compromiso hizo que fuese marginado por el poder y expulsado en 1979. Entonces viajó a Nicaragua y dedicó seis años a apoyar a los refugiados salvadoreños. Algunos de ellos estuvieron ayer en Agoitz para glosar su vida, agradecerle su entrega y darle el último adiós. En 1980 escribió un libro sobre monseñor Romero, el arzobispo salvadoreño al que mataron durante la celebración de una misa por defender los derechos humanos. En 1985 Plazido Erdozain regresó a Nafarroa y su primer compromiso fue aprender euskara, hasta que lo consiguió. El conocimiento de esta lengua le permitió ejercer en parroquias del Valle de Araitz, Leitza, Garralda y Oroz Betelu, e incluso impulsó el nacimiento de la revista ‘‘Mailope’’. Y en euskara recibió ayer una despedida multitudinaria en el pueblo que le vio nacer.