GARA Euskal Herriko egunkaria
CRÍTICA «El caso Sloane»

Camorristas sin espada


Una de las obras capitales en la ya de por sí capital carrera de Frank Capra fue ‘Caballero sin espada’, película en la que James Stewart (claro) encarnaba a un senador tan ingenuo que cuando llegaba a Washington por primera vez, lo hacía con la misma actitud que un corderito cualquiera al entrar en el matadero. Pero ya en la primera sesión plenaria, al hombre se le apagó el brillo en los ojos. Sus ideales, buenas intenciones y cruzadas románticas chocaron, a las primeras de cambio, contra el imperturbable (e insalvable) muro de la codicia, los intereses empresariales y la corrupción. La ecuación se resolvía a última hora con resultado positivo, gracias a una carambola made in Capra: en aquel caso, una oda al filibusterismo parlamentario.

Setenta años después de aquella joya, parece que el mundo haya cambiado... a peor. Ahora mismo, nos encontramos en un punto oscuro de la historia de la humanidad, en que mucha ingenuidad hay que ponerle al cuento para que olvidemos el hecho de que las decisiones más importantes, aquellas que realmente condicionan nuestra vida, se toman lejos de los escaños... y por motivos casi siempre sucios, tóxicos. En la era Trump, los héroes son villanos y los villanos, villanos son.

En esta turbiedad construye John Madden este thriller político. La referencia principal es la de “House of Cards”, piedra angular de la ficción (?) sobre los tejemanejes de las élites de Washington, y que al mismo tiempo bebe de la concepción que tiene Aaron Sorkin del mundo. Aquí, el nivel general está por debajo del mostrado habitualmente por este famoso guionista, pero se mantiene la fe absoluta en el diálogo como única herramienta posible para trabar y/o desencallar cualquier proceso. Para todo lo demás, Jessica Chastain, solvente maestra de ceremonias en este lioso pero interesante campo de batalla de lobbistas. Delincuentes sin espada... pero a lo mejor con corazón.