07 JUIN 2017 CUMBRE DEL GRUPO GUE-NGL EN EUSKAL HERRIA La izquierda europea se da un baño de realismo y refresca ideas en Donostia Casi todos los indicadores del actual escenario europeo resultan pésimos, y sin embargo esa misma crisis es una innegable ventana abierta para la izquierda. Entre el abismo y el horizonte hay un camino ganador, donde acechan otros riesgos propios de la izquierda: la nostalgia paralizante, la utopía infructuosa… La cumbre de GUE-NGL habla de todo eso desde ayer en Donostia, en la eterna búsqueda de una alternativa pendiente... y que resulte convincente. Dernière mise à jour : 07 JUIN 2017 - 06:21h Ramón SOLA Euskal Herria, este país de «peculiares fieras» que prefieren derribar puertas a abrirlas empujándolas según resumió el bertsolari Amets Arzallus, es escenario desde ayer y por vez primera de los llamados study days de GUE-NGL, el grupo europeo en el que se inserta EH Bildu. Y además de anfitriona, intenta ser también inspiración en un cruce de propuestas e ideas con representantes de fuerzas hermanas y/amigas como Die Linke, Syriza, Podemos… En este ensayo participan eurodiputados (casi 30) y asistentes, pero además activistas vascos como Anaiz Funosas (Bake Bidea), Angel Oiarbide (Gure Esku Dago), Mikel Zuluaga (detenido en Grecia por auxiliar a refugiados)… La primera mesa redonda fue reflejo del presente de la izquierda europea, porque tuvo mucho de diván. «¿Acaso somos tan débiles que no podemos dar respuesta a nada?», exclamó en un momento dado el eurodiputado de Die Linke Helmut Scholz, ante la cantidad de incapacidades que se asumen y de debates pendientes que se acumulan. Y, sin embargo, la crisis del modelo actual de la UE o las afecciones del capitalismo se muestran de modo tan evidente que sin duda hay una oportunidad muy propicia para la izquierda. En un contexto marcado por el incremento sin límites de la desigualdad, el Brexit o Trump, levantó la voz uno de los pocos representantes europeos de una izquierda «ganadora» a nivel institucional. Para Dimitrios Papadimoulis (Syriza), hay que retomar la reflexión de Marx de que la izquierda no está «para limitarse a describir los hechos», sino «para cambiar la realidad. Y no lo conseguimos a tenor de lo mal que van las cosas –concluyó–. Hay que corregir el tiro, en algo nos equivocamos, no tenemos suficiente poder de convicción. Cuando vencimos con Syriza, teníamos mucho romanticismo revolucionario y pensábamos que ese sería el inicio de muchos cambios en Europa, pero no ha conseguido ganar Podemos ni Sinn Féin...». «Convencer» fue la palabra más repetida por el griego, pero para eso hace falta primero construir una alternativa, que sea realista y que sea actual. «Como izquierda, tenemos que ser más concretos, no solo denunciar –añadió Papadimoulis–. No podemos cambiar de planeta ni de continente, ni siquiera de país, ciudad, ni región, así que hay que luchar en todos esos niveles. Y no hay que buscar respuestas siempre en los libros antiguos, sino poner el cerebro en marcha y plantear soluciones actuales». Desde el público apuntaló esta idea el eurodiputado italiano Curzio Maltese: «Hay que actuar en el presente. No podemos ponernos en contra de los robots e intentar recuperar las cadenas de montaje, eso no sirve». Sin embargo, subrayó a la vez el valor de la utopía para la izquierda, que en este caso concreto se traduciría en reivindicar «la posibilidad de liberar del trabajo a las personas». Maltese había cogido el hilo lanzado minutos antes por Iñaki Soto, director de GARA, al apuntar el riesgo latente de la nostalgia: «Tenemos un problema con eso. La izquierda necesita una nueva épica, basada en sus valores». También habló Soto, desde su asumida posición de outsider en esta sesión, de la necesidad de eficacia: «En la izquierda hemos sido muy listos anticipando qué iba a pasar en Europa, pero muy torpes intentando impedirlo». Corbyn, Sanders y alcaldes La situación tiene un toque rocambolesco, porque la derecha se muestra muy fuerte pero cada vez más razones asisten a la izquierda. Y es cierto que todo podría cambiar en cualquier momento. ¿Quizás mañana en el Reino Unido? Desde Sinn Féin, a Emma Clancy no le dolieron prendas para aplaudir «la importantísima campaña de [Jeremy] Corbyn; ha hecho descarrilar el debate y lo ha reorientado hacia qué tipo de país y de mundo queremos. Es un ejemplo para toda la izquierda en Europa». Soto citó la paradoja paralela de que en Estados Unidos venció Donald Trump pero «estuvimos muy cerca de tener a Bernie Sanders en su lugar» y, sin embargo, con uno u otro en la Casa Blanca el país seguiría siendo prácticamente el mismo. Un diagnóstico similar se intuyó en la intervención de Gabi Zimmer, la eurodiputada alemán que preside este grupo GUE-NGL y que abrió las jornadas. Apuntó que hoy día «todo está en juego» y existen dinámicas como el Pilar Social que están en marcha y en las que la izquierda «puede incidir. Pero no hay ninguna garantía, así que lo seguro es que no podemos quedarnos quietos». En la oportunidad se fijó también Marina Albiol, eurodiputada de IU. Recordó que las sumas de fuerzas en la izquierda han permitido ganar las alcaldías de Madrid, Barcelona, Zaragoza o Ferrol (Soto añadió luego a esta lista la más importante y cercana de Iruñea). El debate se enredó un tanto en la cuestión de los ámbitos de lucha, tras una encendida defensa de Albiol de la necesidad de unidad de la clase trabajadora por encima de fronteras. Todos se mostraron de acuerdo, con tal énfasis que Clancy quiso matizar que «no se puede poner en tela de juicio el internacionalismo de los que aquí estamos. Pero también hay que tener en cuenta la relación de fuerzas en cada sitio». Cree la representante de Sinn Féin que «el neoliberalismo está institucionalizado en el conjunto de Europa», pero que hay opciones de avance en países concretos como la propia Irlanda. O Euskal Herria, que aportó a esta reflexión ejemplos como el del actual alcalde de Iruñea, Joseba Asiron. Y la reflexión de Amets Arzallus: «Ser vasco es mi única manera de ser universal». En este cónclave en que hubo traducción a ocho lenguas, todos los participantes vascos intervinieron en euskara, y los invitados lo agradecieron y hasta lo disfrutaron. Algunas intervenciones en la primera jornada «La extrema derecha está ganando sin ganar en las urnas: lo vemos en España» MARINA ALBIOL IU (Estado español) «La izquierda necesita una nueva épica que esté basada en sus valores» IÑAKI SOTO Director de GARA «Salir del euro debe ser una opción para los países en dificultades, sin machacarlos» EMMA CLANCY Sinn Féin (Irlanda) «Hacen falta soluciones actuales, sin buscar respuestas siempre en libros antiguos» DIMITRIOS PAPADIMOULIS Syriza (Grecia) «Con la nostalgia trabaja mejor la derecha: volver a las fronteras, volver a su moneda...» CURZIO MALTESE L’Altra Europa (Italia) OTEGI EXPLICA EL MOMENTO DEL PROCESO Como colofón a esta primera jornada de los «días de estudio», los casi 30 eurodiputados y el resto de asistentes se reunieron con Arnaldo Otegi en el Palacio Miramar para recibir información sobre el actual momento del proceso de resolución. Esta sesión se realizó a puerta cerrada. Anteriormente GUE-NGL ya tiene información de primera mano del mismo a través de Josu Juaristi y otras iniciativas como las dos visitas al Parlamento Europeo de Etxerat en estos tres últimos años. Por la mañana, Juaristi situó entre los objetivos de EH Bildu crear en Bruselas «una corriente de opinión fuerte» en favor del proceso.Gorka RUBIO | ARGAZKI PRESS En un foro con traducción a ocho idiomas, todos los vascos hablaron en euskara y los invitados lo agradecieron y también lo disfrutaron Papadimoulis puso el dedo en una de las llagas, citando a Marx: la izquierda no está para hacer análisis, sino para cambiar la realidad