Las pérdidas generalizadas en el sector bancario frenaron al Ibex, que perdía los 10.800 puntos después de haberse mantenido la mayor parte del día por encima de los 10.900 puntos. Hoy sale con 10.775,80 puntos, tras recortar ayer un 0,98%. En Europa, los índices de París (-0,35%) y Londres (-0,35%) también cerraron en rojo, mientras que Fráncfort (+0,32%) no pudo aguantar hasta el cierre el récord histórico de 12.900 puntos logrado hacia el mediodía.

La jornada estuvo marcada por varios factores. El más relevante era la prevista subida de los tipos de interés en EEUU por parte de la Fed. La comparecencia de Janet Yellen tras la reunión, ya con las bolsas europeas cerradas, concitaba en esta ocasión un interés extraordinario. De cumplirse el guión, su análisis de la situación podría ofrecer pistas sobre el ritmo futuro de la normalización monetaria.

Por otro lado, inquietaba la visión poco optimista de la Agencia Internacional de la Energía sobre la evolución del precio del crudo. No prevé un equilibrio entre la oferta y la demanda del crudo hasta 2018, a pesar de los recortes de bombeo programados por la OPEP y otros productores. Esta proyección hizo daño en el precio, que se situaba en los niveles de noviembre con 46 dólares.

Los valores bancarios, todos con pérdidas, fueron los principales culpables de la caída del Ibex. Entre ellos, Caixabank se dejó un 2,17%, Santander, un 2,13%, Bankia, un 1,50%, BBVA, un 1,44%, y Bankinter, un 1,17%. En el grupo selecto de las firmas con más peso en el selectivo, solo Iberdrola (+0,57%) esquivó el color rojo. Repsol perdió un 1,84%, e Inditex, un 1,80%. La firma textil ganó 654 millones de euros en su primer trimestre fiscal, un 18% más, pero los inversores habían puesto el listón muy alto.