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JO PUNTUA

«No sos vos, es tu marco teórico»


Así se lee en una pancarta colocada en 2016, en el hermoso barrio de San Telmo, Buenos Aires. Desde que la vi en una foto, el lema me quedó grabado y vuelve una y otra vez con cada noticia sobre Catalunya.

Cuando oigo a alguien que se tiene por «progresista» hablar del supuesto liderazgo burgués del proceso o acerca del «ensimismamiento nacionalista», la frasecita resuena con energía en mi cerebro, porque refleja la persistencia de la ceguera de una parte de la izquierda. Algo que puede hacer que la energía desplegada en mil movilizaciones, entre ellas el 15M, pueda ser encarrilada hacia la borreguil asunción de la razón de Estado.

No puedo digerir la sumisión al nacionalismo de Estado de un eximperio que nunca fue nación, incapaz de digerir que jamás lo será. No trago ninguna forma de alineamiento con el esfuerzo de la oligarquía y otras élites para disciplinar la rebelión catalana, mucho menos en nombre de una rebelión española que ni está ni nadie espera.

Con narrativas escapistas como la de las garantías, tramposa porque todo el mundo sabe que el Estado español no está dispuesto a permitirlas, solo puede facilitarse la absorción desde arriba de una parte significativa de la descomunal eclosión social, ideológica y política provocada por el encadenamiento en los últimos años de diferentes y desgarradoras crisis. Asumiendo, reproduciendo, naturalizando y, por tanto, contribuyendo a sedimentar como sentido común el marco teórico de la «fractura», las «obsesiones identitarias que olvidan los problemas de la gente», etc., no se va asaltar ningún cielo, aunque es posible que se obtengan escaños, asientos en consejos de administración o minutos de gloria en Cuatro o La Sexta.

Estamos ante una oportunidad única para que las fuerzas progresistas de ámbito estatal cambien su marco teórico y apuesten por estrategias viables de transformación, comenzando por apoyar el 1-O.