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JO PUNTUA

Equidistantes a conveniencia


Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca» (Apocalipsis 3, 16).

Cierto que ante disyuntivas a las que podemos vernos abocados, en la toma de decisión, no está de más la búsqueda de otras posibles alternativas a las propuestas, pero hay individuos que, ante cualquier problema, sus esfuerzos van encaminados en la búsqueda de la fórmula de alejarse del centro vital donde el problema suscite, aun con matices, un sí o un no claro y distinto. Resultan indispensables para el statu quo al ser un pesado lastre para cualesquiera de las transformaciones a realizar.

De vocación abstencionista, su objetivo es mostrar las cosas de tal manera complicadas que nadie pueda imaginarlas modificables, ocupándose de acumular tantas dificultades que al final nada resuelve.

Su reflexión no es ya lo que permite juzgar, sino lo que permite siempre«aplazar el juicio. «Aún no… No se dan las condiciones» «Una exigua mayoría no puede imponer a una abrumadora minoría…». Tan transversales que ya no contemplan enemigo.

Son los viva la gente. Ni comunistas ni fascistas, todos paracaidistas. En el antagonismo social, categorías como proletariado resultan obsoletas, lo que se lleva es el pueblo, nos dicen. En las demandas de autodeterminación, por el contrario, el pueblo ya no sirve, ahí deben primar los intereses de clase. Eso repiten los defensores que sueñan con una España muy plural.

Mientras, la real, por decreto, ha nombrado a Mariano President de los catalanes y consellers a los ministros españoles. Después de Felipe V a ritmo de minué, Felipe VI con pasodoble manoloescobariano de fondo. Mientras Coscubiela, quien en el 78 abogó por la constitución monárquica y los Pactos de la Moncloa; profesor en ESADE de la crème de la crème, nos enseñó su voto. No había necesidad. Afortunadamente quedan Damianes Fachin, Gemmas Zabaleta y Josés Montilla que nunca gozan del aplauso de la reacción.