Tiempos interesantes

Las películas de catástrofes más o menos mundiales parecen estar un poco de capa caída a pesar de la recientemente estrenada “Geostorm”, que da alegremente por sentado el efecto catastrófico del cambio climático para sumergirse rápidamente en una intriga high tech más o menos criminal que es lo que les gusta. Y es que al final todo va aconteciendo de forma acelerada y los grandes cambios vienen sin avisar (mejor dicho, avisando pero por lo bajinis). Y si no hemos sabido prevenirlos ya saldrán inventos que solucionen los problemas. No hacen falta películas, que con lo que hay ahora vamos bien servidos y si no que se lo pregunten a los habitantes del Caribe que han visto pasar una procesión de huracanes en total technicolor. Y si se funden los glaciares ya aparecerán restos arqueológicos tipo momia de Ötzi para rellenar museos, archivos inéditos de la humanidad. Una nueva ciencia, la Arqueología Glaciar, según Philippe Curdy antiguo conservador en el Museo Nacional Suizo. En la revista “L’Alp”, de forma humorística revindican el optimismo pues se podrán plantar viñedos en zonas más altas y esto puede ser jauja, y añado yo que por no hablar de nuevos/viejos virus y bacterias, hoy día desconocidos, pero antaño quizás activos y durmientes en su encierro glaciar, que pueden hacer nuestra existencia más entretenida. Y si esto lo aderezamos con rápidos cambios políticos no habrá tiempo de aburrirse.