El fiscal dice que la trama de De Miguel contaba con el apoyo del establishment

El fiscal jefe de Araba rechaza los argumentos de la defensa para pedir la nulidad del proceso por el «caso de Miguel», en el que están acusados varios exdirigentes del PNV, y asegura que existen pruebas sobre la existencia de una trama de corrupción que contaba con el apoyo del «establishment» para reclamar el pago de comisiones ilegales.

La cuarta sesión del juicio por el «caso de Miguel» tuvo por protagonista al fiscal jefe de Araba, Josu Izagirre, que en su intervención rechazó los argumentos de la defensa para reclamar la nulidad del proceso en el que están acusados varios exdirigentes del PNV, con el que fuera número dos del PNV y antiguo diputado general, Alfredo de Miguel, a la cabeza.

Izagirre aseguró ante el juez que existen pruebas sobre la existencia de una trama de corrupción que actuaba con «desvergüenza» y que contaba con el apoyo del «establishment» para reclamar el pago de comisiones ilegales a cambio de la adjudicación de contratos públicos a empresa privadas.

El fiscal rechazó por tanto el argumento sobre posibles irregularidades y vulneración de los derechos fundamentales de los imputados en la fase de instrucción al que se agarra la defensa para pedir la nulidad. Es más, defendió el «magnífico trabajo» del juez instructor, así como la «impecable» labor realizada por la Ertzaintza. Aseguró, además, que todo el proceso se ha desarrollado de forma absolutamente garantista.

Sobre la denuncia que dio inicio al proceso, en la que la empresaria Ainhoa Alberdi señalaba el «acoso» y las «amenazas» que estaba sufriendo para el pago de una comisión irregular de 100.000 euros por un contrato relacionado con el Parque Tecnológico de Araba, subrayó que estaba acompañada de varios correos electrónicos y grabaciones que lo acreditaban.

Izagirre otorgó a estas pruebas total veracidad y subrayó que «ponen de manifiesto que estamos ante una trama real» que tenía «poder». En este punto, manifestó que se reclamaban comisiones «no en un callejón oscuro», sino desde correos electrónicos oficiales de la Diputación de Araba «sin ningún tipo de vergüenza ni decoro».

«No se trata de personas aisladas o de ‘calentones’, sino de personas que se encuentran amparadas por todo el ‘establishment’, desde el presidente del Parque Tecnológico de Alava hasta personas que desde el punto de vista legal tenían la obligación de denunciar (los hechos) y que, lejos de hacerlo, intentaron encubrir y amparar», afirmó.

El representante del Ministerio Público señaló que a través de una «deducción simple y sencilla» basada en las evidencias recabadas en la fase de instrucción, se puede determinar que este no es un caso «concreto y aislado» que afecte a una sola persona, sino que se trata de «una verdadera trama, un grupo con una capacidad y poder muy amplios».

De Miguel, «en todas partes»

El fiscal explicó que la empresaria denunció haber sido víctima de «acoso y coacciones» por parte de Alfredo de Miguel, el también exdirigente del PNV alavés Aitor Telleria y el exgerente Parque Tecnológico de Araba, Alfonso Arriola. «No es una loca que se presente en un despacho con una historieta», expresó.

Relató que antes de presentar la denuncia y de empezar a registrar con una grabadora las conversaciones que mantenía con estas personas, la empresaria recurrió al presidente de la Red de Parques Tecnológicos de Euskadi, Julian Sánchez Alegría, otro de los acusados en este proceso. Este –destacó–, en lugar de denunciar los hechos, tal y como era su obligación como empleado público, se puso en contacto con De Miguel para decirle: «Sigue haciendo lo que tienes que hacer; pero, por favor, sé más discreto».

A lo largo de su intervención, Izagirre ironizó sobre algunas cuestiones referidas a los hechos investigados. En un momento dado, y en referencia a Kataia Consulting, una de las empresas empleadas por la presunta trama para el cobro de comisiones, manifestó que «sólo en nuestra querida tierra, la sede de un entramado corrupto podría estar en una sociedad gastronómica». «Esa es la aportación vasca a la historia de la corrupción», añadió.

En una línea similar, manifestó que Alfredo de Miguel, al que considera el máximo responsable de la presunta red, «estaba en todas partes», aludiendo así a la supuesta implicación del exdiputado en las numerosas ramificaciones del entramado.