30 JAN. 2018 IKUSMIRA Inteligencia artificial Isidro Esnaola El 5 de diciembre el programa informático AlphaZero, desarrollado por una empresa de Google, consiguió en solo 24 horas ganar a todos los programas de ajedrez existentes –a los humanos ya nos gana cualquier programa– y mostrar un nivel de juego extraordinario. Lo consiguió, además, sin utilizar enormes bases de datos de aperturas o finales y con una potencia de cálculo muy limitada: solo calcula 80.000 posiciones por segundo mientras que sus competidores pueden llegar a calcular hasta 70 millones de posiciones. Su fuerza está en el programa: una red neuronal que va escogiendo aquellas posiciones más prometedores al tiempo que aprende a afinar su selección. Y aunque algunas jugadas parecen poco humanas, otras –sacrificios de piezas– parecen hechas por personas. La inteligencia artificial cada vez imita mejor el funcionamiento del cerebro humano. En cambio, los humanos parece que nos dedicamos a imitar a las máquinas; a las viejas claro. El habla de los políticos es un ejemplo claro. La sintaxis prácticamente ha desaparecido. El discurso es un compendio de frases sueltas que parecen un ramillete de eslóganes sin ninguna clase de unión. Y algunas frases son una simple enumeración de palabras. Solo queda el léxico. El maestro de esta técnica es, sin duda, el que le escribe los discursos al lehendakari. Es como si preguntara a un buscador qué palabras usar para ganar las elecciones y con ellas hiciera algunas oraciones y el resto las metiera todas juntas en la última frase. Máquinas que imitan el comportamiento humano y personas que actúan como si fueran máquinas. Si Turing levantara la cabeza...