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JO PUNTUA

Tú saliste de mi coño


Leo que en India faltan más de 63 millones de mujeres, y los ojos se me vuelven de agua. La cifra acaba de ser ofrecida por el Gobierno indio. La persistencia de la dote y la posibilidad de conocer el sexo del feto han permitido el desastre. En las capas más acomodadas de la sociedad, la cantidad de abortos selectivos de hembras es todavía mayor. En India, como en todos los lugares globalizados de este mundo, las mujeres luchan contra su destino patriarcal. Aunque faltan más de 63 millones.

Verme de frente con la misoginia siempre me atraviesa. El machismo es desprecio, la misoginia es odio. Mujeres y hombres nacemos de un útero. Solo culturas enfermizamente patriarcales, como la nuestra y como la india, desprecian con saña precisamente los cuerpos imprescindibles en la gestación, en la continuidad humana. En la doctrina cristiana, retorcida, misógina y antivida como ninguna, todas las mujeres somos impuras porque ninguna se embarazará virgen. De haber existido, María debe estar retorciéndose porque hayan manipulado su vida para lanzarla contra todas las mujeres.

Leo que el pasado verano hallaron en una gruta de Rentería, a pocos kilómetros de donde crecí, el mayor coño rupestre del mundo, y el mismísimo se me vuelve de agua. Nunca dejará de maravillarnos ese misterio que quitó el sueño hasta al machista fundacional Aristóteles, ¿para qué el orgasmo femenino? Para nada, solo para el placer: ni toda la ciencia le ha encontrado función reproductiva alguna. Los embriones humanos no se distinguen sexualmente hasta el tercer mes. No somos tan diferentes. A los hombres, les quedaron los pezones como vestigios; a nosotras, los orgasmos. El orgasmo femenino es una luz que la naturaleza se dejó encendida. ¡Gracias evolución!, no importa quien pague la factura eléctrica. Una de las acciones más hermosas que he perpetrado jamás fue plantar con mis compinches un superchocho de plástico rosa en la uni de Leioa el 8 de marzo del 96, debieron susurrármelo mis vecinas cavernícolas. Y hay muros que gritan: yo no salí de tu costilla, tú saliste de mi coño.