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Bobadas alpinas

Ocaso


El 16 de febrero murió Jim Bridwell a los 73 años. Uno de los mayores exponentes e innovadores de la escalada en roca de los Estados Unidos e inspirador de una cierta filosofía en la que la escalada y la montaña eran lo que importaba (¡Ah! ¿pero existe algo más?), a contracorriente del sistema de vida de su entorno en donde el éxito y la competición social lo era y es todo. Duane Raleigh, en la revista “Rock and Ice” hace una semblanza de este contradictorio personaje, en principio encaminado a seguir el camino militar de su padre, piloto en la Segunda Guerra Mundial y luego de Pan Am, camino enfriado por el apogeo de la guerra de Vietnam en la cual evitó participar. En su lugar sacó un grado en psicología, según él porque «hay un montón de locos por ahí por lo que siempre habrá trabajo si eres capaz de desenvolverte entre ellos». Su muerte parece haber sido por complicaciones de hepatitis C, seguramente obtenida por un tatuaje Dayak realizado por un jefe tribal durante los 43 días de su aventurada travesía a pie por Borneo con Long y Jim Slade. Siendo USA lo que es, y como muchas otras veces, se ha abierto una susbscripción para pagar los elevados gastos de su hospitalización y demás ya que su situación económica iba pareja con su vida a salto de mata. Siempre acabamos derrotados por el tiempo y la luz de este icónico personaje, superviviente de mil aventuras y escaladas sucumbe ante esta caída horizontal que segun Jean Cocteau es la vida.