04 AVR. 2018 FÚTBOL FEMENINO «Aquí tengo todo lo que he luchado por conseguir» Natalia Astrain cruzó el Atlántico para dirigir el área femenina del Rise SC de Houston. Amaia U. LASAGABASTER Todavía no se le ha pegado el acento tejano pero ya se siente casi como en casa. Algo siempre complicado a tantos kilómetros de la familia pero un poquito más sencillo cuando el trabajo se valora como en Estados Unidos. Concretamente en el Rise SC de Houston, de cuya área femenina se ha hecho cargo Natalia Astrain. Un trabajo que implica meter muchas horas en el despacho y en el campo, pero sobre todo un trabajo «muy gratificante». Y eso que la experiencia a nivel personal no está resultando tan fácil, «porque es otro país, con todo lo que conlleva. Empiezas de cero, teniendo que sacar número de la Seguridad Social, el banco... todo. Y por supuesto el idioma. Mi nivel de inglés era medio, normal, pero aquí tienen un acento bastante diferente, se dice que el inglés tejano es bastante diferente y, efectivamente, a veces cuesta entenderlo», explica la entrenadora navarra. «Por suerte –se felicita– los estadounidenses son gente muy dada a ayudar y han hecho que todo resultase más sencillo». Los pocos peros que puede poner Astrain en el plano personal desaparecen por completo al hablar de su experiencia profesional. «El respeto que hay por las mujeres que juegan a fútbol es espectacular –subraya–. Todo lo que durante toda mi vida he luchado por conseguir lo tengo aquí. Ya no hablo de dinero, del nivel..., hablo del respeto». No es la única diferencia con lo que una se encuentra a este lado del Atlántico. «La diferencia es inmensa. En las ayudas, el respeto, la cantidad de niñas que juegan al fútbol... Es muy gratificante. Esa es la palabra porque te respetan y te valoran. En España siempre ha sido un problema el hecho de ser entrenador y mujer, un hándicap, y aquí es un valor añadido. Así que realmente la diferencia es muy grande», insiste. Y sabe de lo que habla porque acumula una buena experiencia en los banquillos, desde su debut con la selección de Nafarroa hasta su última experiencia como segunda entrenadora del Atlético, con el que alcanzó el título de Liga, pasando por Levante, Las Planas, Barcelona –al que llevó a la entonces Superliga–, el Europa o la Escuela de Entrenadores de Catalunya. Pero, aun con sus satisfacciones, nada comparable al trabajo que realiza ahora en el Rise SC, donde se ha hecho cargo de toda el área femenina. «Además este club tiene un equipo en una Liga de elite y soy la entrenadora de ese equipo y tres más –explica–, cuatro en total. Y además la directora de todos los equipos femeninos. Así que realmente hago trabajo de despacho y trabajo de campo». Mucho trabajo. Pero sarna con gusto no pica. «Estoy supercontenta, es un sueño hecho realidad». «Todavía más difícil» Y todo eso mientras aquí sólo una mujer, María Pry, tiene hueco en los banquillos de Primera. «Siempre hemos luchado por que nos den la oportunidad de estar en la elite. Si ni siquiera se nos daba cuando a nadie le importaba el fútbol femenino, imagínate ahora que hay dinero, que los banquillos femeninos son apetecibles –critica–. Ahora que se mueve dinero, muchos entrenadores hombres que menospreciaban, que no les interesaba el fútbol femenino, dicen ‘bueno, igual no es mala idea entrenar a mujeres’, lo ven como una posibilidad en su carrera, así que ahora es incluso más complicado». Quién sabe, puede que en un futuro no muy lejano el nombre de Natalia Astrain vuelva a aparecer en esa lista. De momento asegura que «aquí estoy muy contenta. Soy una persona con muchas ganas de aprender y mejorar siempre, no podría estar en un sitio donde todo fuera fácil. Y aquí tengo el reto del idioma, de aprender cómo es el soccer, cómo se mueven las Ligas, todo el entramado de la Federación estadounidense... De hecho, también estoy colaborando con la Federación en el área de Texas, con entrenamientos de las selecciones inferiores... Así que ahora mismo me planteo seguir todo lo que pueda, es un proyecto muy motivante. Además, el visado es un problema, cada vez está más complicado con el gobierno de Trump. Es muy difícil contratar a gente de fuera, ponen bastantes impedimentos y me costó bastante conseguir el visado, así que ahora que lo tengo, realmente lo voy a aprovechar». ¿Hasta cuándo? Quién lo sabe. La navarra, que nunca ha tenido miedo a los cambios, no descarta nada pero «tendría que estudiar opciones, ver qué me ofrecen. No estoy hablando de dinero, siempre me he movido por lo que los proyectos me pueden proporcionar a nivel personal y deportivo. Y aquí tengo las dos partes, esa evolución personal, esa dificultad diaria del día a día en otro país, y a la vez ese desarrollo profesional en un deporte que aquí está muy bien visto y valorado». Así que no cierra «la puerta a volver pero realmente tendría que ser una opción buena. En mi carrera deportiva he pasado por situaciones bastante incómodas, difíciles, por el hecho de que siempre tienes que estar demostrando, peleándote con gente que no entiende que puedas ser entrenadora de fútbol y aquí es al revés, realmente me siento muy valorada».