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Fútbol internacional

No todo es Ibrahimovic

Un club alemán con publicidad antinazi, una mujer entrenando en Sudán o un desplazamiento de 10.000 kilómetros para empatar 0-0.


El VfL Osnabrück es un conjunto alemán de la Baja Sajonia que milita en la tercera división alemana y ha decidido sustituir la publicidad en la pechera de su camiseta por un lema contra el neonazismo, decisión que ha tenido la rápida respuesta crítica de una diputada de Alternativa por Alemania, que ha tildado de «idiota» al responsable de tal modificación. El club se ha ofrecido amablemente a enviarle una prenda firmada por todos los jugadores, con su correspondiente ‘‘Gegen Rechts’’, el lema contra la ultraderecha. En solidaridad con el pueblo palestino se decantó de manera bien visible la hinchada del Celtic de Glasgow esta jornada, mientras el Livorno italiano fijaba su bandera a media asta para recordar a dos trabajadores fallecidos en una explosión ocurrida en el puerto de la ciudad. En la liga eslovaca, el DAC, tercer clasificado, ha visto cómo la federación ha prohibido la exhibición de banderas que no sean las del propio país, medida ad hoc para este club de la minoría húngara, cuya grada decidió mostrar con carteles las palabras piros, feher, zöld, o rojo, verde y blanco, los colores de la enseña de Hungría.

Muy lejos de allí, en las catacumbas del fútbol y donde el balompié femenino es una quimera, en Sudán, una mujer de 25 años, vestida con ropa deportiva y un velo negro, Salma Al-Majidi, entrena a un club de la tercera división rompiendo barreras. «¿Por qué el fútbol? Porque es mi primer y último amor», responde esta pionera a la que han rebautizado como ‘hermana entrenadora’ y su equipo como ‘los hijos de Salma’. Entrenadora reconocida por la FIFA, en la lista de cien mujeres inspiradoras que realizó la BBC, un ejemplo a seguir que no tiene grandes titulares periodísticos como tampoco el Osnabrück, Celtic o Livorno.

Como también forma parte de este fútbol la odisea de 10.000 kilómetros y 12 horas de avión que se metió entre pecho y espalda el Baltika de Kaliningrado para visitar al Vladivostok en la segunda división rusa y... acabar con un 0-0 final... Al menos no le pasó como a un fan del Tranmere Rovers, de la quinta inglesa, que viajó 480 kilómetros a pie para ver a los suyos y cuando llegó el partido se había suspendido por mal tiempo...

Intrahistorias balompédicas como sigue haciendo historia Pep Guardiola. La hizo en la Liga española, otro tanto en la Bundesliga y ahora a una sola victoria de dejar su impronta en la Premier. Si gana este fin de semana al Manchester United de Jose Mourinho al que saca 16 puntos será campeón a falta de siete jornadas. «¿Cuándo es? ¿La semana que viene?», respondió irónico el técnico portugués a la prensa al ser preguntado por el crucial derbi de Manchester. Los Red Devils están más preocupados en atar a su guardameta David de Gea, a quien, según ‘‘Daily Mail’’, estarían dispuestos a pagarle 350.000 libras semanales.

El City, a una victoria del título

El City a un paso del título y la derrota del Chelsea a manos del Tottenham que deja a los Blues con pie y medio fuera de la próxima Champions. Se la jugaban los de Antonio Conte en Stamford Brigde y allá apareció Delle Alli y compañía a las órdenes de Mauricio Pochettino para sentenciar 1-3, triunfo a domicilio de los Spurs que no se daba desde 1990, y resultado que garantiza a los del norte de Londres su tercera participación consecutiva en la máxima competición continental, lo que harán estrenando su nuevo estadio, el que será el mayor de todo el fútbol inglés. Eso sí, en el nuevo White Hart Lane los abonos van a ser de los más caros de la Premier: de 900 a 2.252 euros...

Liverpool y United parece que les acompañarán en esa próxima aventura europea, lo que deja fuera a un Arsenal que ganó sin brillo con dos goles de un Aubameyang que lució en su peinado el nombre de su abuela recién fallecida. A los Gunners, situados un puesto por detrás del Chelsea, no les entrenará Thomas Tuchel como se venía diciendo; lo quiere el PSG.

Cristalino en Inglaterra, se aclara todavía más el panorama en Italia tras el empate del Napoli –una victoria en los últimos cuatro duelos– y el triunfo 3-1 de la Juventus –«el que no salte es napolitano», corearon el empate rival– ante un Milan que se adelantó con gol del exjuventino Bonucci que no tenía pensado celebrarlo pero los abucheos le hicieron cambiar de opinión. Gennaro Gattuso, técnico milanista, preguntado sobre un disparo al larguero de uno de sus jugadores y que podría haber marcado el duelo, tiró de Gattuso: «Y si mi abuelo tuviera tres pelotas sería una máquina de pinball». Genio y figura.

Sigue muy presente en el Calcio el recuerdo a Davide Astori, capitán de una Fiorentina que el martes jugó el partido aplazado por la muerte del querido jugador viola. El choque se detuvo en el minuto 13, luego su equipo ganó, como lo viene haciendo en cada encuentro después de su fallecimiento.

Las Malvinas son argentinas

Mientras, Ciro Inmobile sigue a lo suyo en la Lazio, 26 goles en 27 partidos, sin perder la estela en la Bota de Oro del egipcio Mohamed Salah en el Liverpool y sus 29 dianas. Días para recuperar el nombre de un desconocido goleador, de nombre James Peck, que firmó 78 goles en las Islas Malvinas tras el conflicto bélico de 1982. Este pasado 2 de abril fue el día de los caídos argentinos en aquella desigual guerra que les enfrentó a los ingleses, conmemoración que recordó un jugador que milita en el Everton, Funes Mori, quien tuvo las agallas de reclamar vía Twitter que «Las Malvinas son argentinas», tuit que debió borrar porque no fueron pocas las críticas que recibió, del tipo «tú y el Ejército argentino tienen algo en común: defienden como la mierda» o «tiempo de irte sucio argentino». Al menos su presidente no la tomó como el del Olympiacos griego, que ha decidido multar con 400.000 euros a la plantilla, mandarles de ‘vacaciones’ por los malos resultados y en su lugar poner a jugar a los juveniles, lo que ha motivado la dimisión de su técnico el catalán Óscar García.

Al que no saben si renovar o hacer un altar es a Jupp Heynckes, que regresó de su merecido retiro para mantener en lo más alto a un Bayern de Munich que recibía esta fecha al Borussia Dortmund, 18 puntos de diferencia entre ambos, y la cosa acabó con un inapelable 6-0, la mayor derrota borusser en los últimos 27 años.

Tres goles del polaco Robert Lewandowski y el colombiano James Rodríguez elegido el mejor del clásico, y por el que los bávaros deberán abonar 42 millones al Madrid si quieren quedárselo en propiedad. Por cierto, estos días se ha sabido que al cierre del mercado de fichajes el 31 de diciembre, la Premier pagó más a los representantes de los jugadores que lo que tuvo que poner sobre la mesa el PSG por Neymar. Solo en 2018, el Liverpool se gastó en comisiones de agentes 26 millones de libras, el Chelsea 25, City 23, United 18, Watford 13, Everton 12 y Arsenal 10, por citar algunos.

Como para no preguntarse lo que se habrá embolsado el representante de un Zlatan Ibrahimovic, nuevo ídolo en el incipiente soccer de Estados Unidos, sobre todo tras ese golazo lejano y las ‘tabletas’ que mostró al mundo al celebrarlo sin camiseta. Baste decir que en los 20 minutos que jugó ‘Ibra’ en el primer derbi de Los Ángeles e hizo dos goles, se superó el objetivo de alcance en redes sociales que se marcó la liga estadounidense para el año 2018. «Oí que la gente gritaba ¡Queremos a Zlatan, queremos a Zlatan! Así que les di un poco de Zlatan. Creo que me voy a divertir mucho aquí», resumió el sueco, que, cuentan, rechazó un sueldo de escándalo por irse a jugar a China y ha venido a EEUU incluso cobrando menos que en Manchester.

Como decía el inigualable técnico argentino Luis César Menotti, «el jugador tiene que entrar a la cancha sintiendo en su alma que es el representante del apasionamiento de un público que sostiene a este negocio. A mí no me importa cuánto dinero gana Joan Manuel Serrat. Lo que sí me importa es que siga siendo fiel a lo que escribió. Me molestaría que yo vaya a ver a Serrat y salgan dos vedettes mostrando el culo; eso sí me dolería mucho. No quiero que el fútbol empiece a mostrar el culo».