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KOLABORAZIOA

Ferrocarril social y para la vida, en respuesta al Sr. Garmendia


Con fecha 4 de abril se publicó en los medios un escrito del Sr. Guzmán Garmendia, portavoz de Desarrollo Económico del PSN-PSOE en el Parlamento de Navarra, bajo el título “Ferrocarril de ira y fuego” en la que ofrece su visión para apostar por el Tren de Alta Velocidad (TAV) y critica a quienes se oponen al mismo calificando a estas de minorías de microcosmos egoístas, involutivos, retrógrados, y similares ocurrencias.

Mediante este escrito, elaborado desde un planteamiento de oposición al proyecto de TAV que el ministro De la Serna ha proyectado para Navarra, realizamos una crítica a las mentiras y uso engañoso de los conceptos utilizados por el Sr. Guzmán Garmendia para la justificación de la Alta Velocidad, que consideramos serán extensivos al posicionamiento del PSN-PSOE en torno al ferrocarril para Navarra.

En defensa del dicho proyecto, el Sr. Garmendia no habla de Tren de Alta Velocidad, sino de Altas Prestaciones; sin embargo, sabe que la única prestación que ofrece ese proyecto es la velocidad, puesto que no sirve ni para cercanías, ni para el transporte, y tampoco para resolver los problemas más acuciantes de movilidad (cercanías), por lo tanto, la utilización del concepto «altas prestaciones» es engañosa.

Asimismo, utiliza multitud de palabras huecas de marketing para justificar esa Alta Velocidad como progreso, evolución, sociedad igualitaria en oportunidades, bienestar, empleo y, como no, economía. Ante lo cual, o bien desconoce datos objetivos de multitud de analistas económicos (“El Economista”, “Expansión”, “La Razón”, “El País”…), o, lo que es más grave, los oculta y miente con descaro para su justificación. El TAV únicamente refuerza las grandes ciudades y no tiene un impacto relevante en la economía. Sin embargo, sería claro el efecto negativo para ciudades como Tudela, Castejón, Tafalla y Alsasua, principalmente. Además, ese modelo de desarrollo, centralizado en Pamplona con un PSIS fundamentado en la construcción de miles de viviendas, sería en detrimento y empobrecimiento del resto del territorio de Navarra.

Con respecto al desarrollo de la economía, transcurridos 25 años desde que se inauguró el TAV, dichos analistas muestran que el TAV es una absoluto fracaso económico, por el elevado gasto de la construcción y de su mantenimiento. A largo plazo, únicamente se recupera el 46% de la inversión, Madrid-Sevilla no llegará al 11% (gran logro de Felipe González); por lo tanto, teniendo en cuenta las inversiones y los gastos de financiación, es totalmente ruinoso. España es el Estado con más kilómetros TAV por millón de habitantes del mundo, 54; sin embargo, Francia, 31, y Bélgica 18. Es raro, ¿no?, únicamente líneas excepcionales como París-Lyon tienen rentabilidad, porque exige una masa social grande, que no es el caso de Navarra y su entorno. Adif arrastra una deuda de 17.500 millones (que aumenta), casi su totalidad debido al TAV, sin considerar los cientos de millones que anualmente recibe de los presupuestos del Estado. La gestión del ferrocarril dividida entre Adif y Renfe con escasísima coordinación afecta incluso a la seguridad. Todos los expertos coinciden en que la planificación del Estado en cuanto a la movilidad y transporte no existe y que es urgente la revisión de los proyectos.

Por otra parte, la deuda del Estado español asciende a 1.100.000 millones de euros (un billón, doce ceros), con la carga de intereses que ello supone, soportado a las espaldas de los ciudadanos, en quiebra técnica en opinión de los expertos. Mientras tanto, los pensionistas, en la calle, reclamando unas pensiones dignas y garantías de futuro.

Ecológicamente, en un proyecto destructivo (rotura y movimiento de tierras, trincheras, muros para la fauna, graves afecciones a los entornos naturales, al medio rural, al paisaje y a los pueblos por donde transcurre y de gran consumo energético. De hecho, ningún grupo ecologista lo justificaría. Tren sí, pero no un tren destructor.

Además, hay que tener en cuenta que el actual trazado está preparado en su mayor parte para el desdoblamiento, es posible su optimización dando soluciones de altas prestaciones al transporte de viajeros y de mercancías (velocidad, doble vía, tercer raíl, mejora de trazado...), según los estándares europeos y con servicios de cercanías y largas distancias. Esta alternativa sería más barata, más ecológica, más sostenible y más compatible con la calidad de vida y las necesidades de los vecinos y vecinas de los pueblos del corredor del tren y de Navarra en general.

Por ello, en este estado de las cosas, la justificación de ese proyecto megalómano y despilfarrador únicamente se justifica como un negocio de cálculos económicos lucrativos para las empresas en la élite de la construcción y del sector de trenes, en un tejido de redes clientelares y de corrupción política (Madrid-Sevilla, Barcelona, Murcia…). En definitiva, un proyecto elitista, de despilfarro de los presupuestos públicos, destructor del medio ambiente, y que aumenta la brecha entre las clases más ricas y las más necesitadas. Todo ello cargado a las espaldas de los ciudadanos más precarios.

Resumiendo, Sr. Garmendia y PSN-PSOE no nos vengan con palabrería de marketing y mentiras para justificar lo injustificable desde una visión social y progresista, porque nosotros apostamos por la innovación, la tecnología, el progreso y la velocidad aplicada a las necesidades sociales y para la vida de las personas.