11 MAI 2018 DE REOJO Estrategia Raimundo Fitero Me encantaría que un algoritmo me dijera las veces que desde este rincón he pontificado, diseccionado, opinado, criticado o escarbado en el cajón de mis desafecciones sobre TVE y especialmente sus servicios informativos y sus relaciones con las mayorías parlamentarias que sustentan al entramado directivo de cada momento. Sin posibilidad de equivocación contestaré con la obviedad de M. Rajoy: muchas. O al modo Albert por España, rompo relaciones con la estadística: muchísimas y fui el primero que lo dijo. Lo cierto es que cada vez que un conjunto de noticias y denuncias me vuelve a llamar la atención, se acrecienta mi impresión de que estamos ante una estrategia de la banda del PP y sus cómplices. Una grosería: la redactora de TVE en València ha dimitido porque no le dejaron emitir el vídeo con la famosa frase de una Secretaria de Estado de Comunicación sobre los jubilados, con sus deseos de hacerles un corte de mangas y rematar con esa frase tan cristiana: «¡Qué se jodan!». Este tipo de censura es habitual, cotidiana, como una suerte de adicción. Las estadísticas sobre minutado y lugar de emisión de las noticias sobre la banda y la referida a los otros partidos no deja la menor duda. Nuestro siempre admirado ministro Montoro dio en la clave contestando a un diputado sobre el asunto. Se refirió a la libertad de elección de la ciudadanía y que si no le gustaba sus noticiarios, que cambiara de canal. Perfecto argumentario del dueño del cortijo. Están convencidos de que es un canal más, privado, de su propiedad y, a quien no le guste, que se joda. Es su confusión estratégica: lo público es privado, para ellos. Y para confirmarlo, el relevo reglamentario, aprobado en las Cortes del equipo directivo se retrasa sin fecha, por sus santos votos y los de sus comodines naranjas. Sin solución.