Alberto PRADILLA
Caracas
ELECCIONES EN VENEZUELA

EL CASTIGO DE LA HIPERINFLACIÓN

La inflación se ha disparado en Venezuela. El Gobierno denuncia la «guerra económica» mientras la oposición aprovecha para culpar al modelo bolivariano. La dependencia del petróleo y las importaciones y el papel de las grandes empresas están sobre la mesa.

Hace tres años construimos esta cancha con seis millones de bolívares que nos dio el Gobierno. Ellos pusieron el dinero y nosotros la mano de obra. Hoy, con esa plata, no almorzamos nosotros (entrevistado, periodista y fotógrafo)». Así explica la hiperinflación Salvador Salas, de 32 años, vocero de Alexis Vive, uno de los colectivos sociales que trabajan en la parroquia del 23 de enero, en el oeste de Caracas. Seis millones que sirvieron para levantar una cancha de baloncesto, con sus gradas y su techo cubierto y que ahora lo justo cubrirían la comida de tres personas en un restaurante. Así han subido los precios en Venezuela. El Gobierno de Nicolás Maduro responsabiliza a la «guerra económica» lanzada tanto por empresarios contrarios al chavismo como por EEUU y sus aliados. La oposición culpa al Ejecutivo y a su modelo económico. En las calles de Caracas no se habla tanto de las elecciones que tendrán lugar hoy como de las dificultades económicas provocadas por una inflación disparada.

Existe un consenso absoluto sobre una situación difícil. Una crisis que afecta más duramente a las clases populares, tradicional apoyo del chavismo. Quien tiene dólares, los cambia a precios desorbitados y puede mantener un nivel de vida alto. Quien vive en bolívares, comprueba cómo los bienes básicos suben cada día. El Gobierno trata de paliar los efectos de la hiperinflación con subidas salariales, bonos y distribución directa de bienes a través del CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción). Se trata de cajas con arroz, harina, grano, aceite o leche que, en el precio del mercado, serían inaccesibles para buena parte de la población. El sistema es demencial. Existe un cambio oficial, que es el que establece el Gobierno venezolano, y que sitúa el dólar en 70.000 bolívares. Hace cinco años, estaba en 10. Al mismo tiempo, funciona un cambio paralelo que no ha dejado de incrementarse. Actualmente, por un dólar puede llegar a pagarse 850.000 bolívares en este mercado, que es el que termina marcando los precios de los bienes básicos que no son subsidiados. Esto ha provocado, entre otras cosas, que la moneda prácticamente haya desaparecido. En barrios populares uno puede encontrar personas con grandes fajos de billetes que una semana después pueden haber perdido su valor. Pero no es lo habitual. En realidad, la mayor parte de transacciones se hace a través de tarjeta. «Hay punto» es la señal en cualquier comercio que dice que puedes pagar con datáfono.

Quien tradicionalmente viene marcando el precio del dólar paralelo es una página web, llamada “Dolar Today”, y que se ubica en Miami. Su presidente es Gustavo Díez Vivas, un exmilitar que participó en el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002 y que tres años después se mudó a EEUU. En los últimos meses, sin embargo, han aparecido otras webs que incrementan aún más el precio por el que se paga un dólar.

Falta de economía productiva

«La guerra económica se incrementó a partir de 2012», afirma el economista Luis Enrique Gavazut. Explica la situación por la dependencia del petróleo y de las importaciones, así como la existencia de una «burguesía rentista». Dice que PDVSA (empresa estatal petrolera) es la única capaz de llevar divisas a la administración, lo que abona el terreno para la especulación de sectores privados. Además, cree que desde esos mismos sectores que disponen de dólares se desarrollan estrategias para revalorizarlos.

Al mismo tiempo, la falta de economía productiva obliga a importar absolutamente todo. «A Venezuela le ha ocurrido como a Sansón, que le cortaron el cabello y con él las fuerzas. La producción estatal no ha sido capaz de contrapesar los oligopolios privados», afirma. A todo esto se le suma una caída de los precios del petróleo. En los buenos tiempos, cuando Hugo Chávez estaba en la presidencia, el barril llegó a pagarse a 140 dólares. El descenso lo puso en cerca de 40, aunque ahora se ha recuperado.

El Banco Central de Venezuela no ofrece datos sobre inflación. Los únicos disponibles son los que propone la Asamblea Nacional, en manos opositoras, y que cifra el incremento de los precios en un 3.000% en el último año. Ejemplos prácticos: la pensión de un jubilado está en dos millones y medio de bolívares, que se reparten en un millón en efectivo y otro millón y medio en bonos de comida. En el mercado, un kilo de arroz está en 700.000 bolívares y una caja de huevos se va hasta el millón y medio. O más, porque todo puede subir cada día.

El problema se extiende también a la medicina. Es el caso de Adelina Villegas, de 70 años, con artritis y arteriosclerosis, diagnosticadas desde hace dos años. Vive en Cagua, estado de Aragua, al oeste de Caracas. Le recetaron Vassel Due y Artrodar, medicamentos que no encuentra en el sistema público. Su hija, Angélica Cegarra, de 35, cuenta que logró hallar uno de ellos: le pedían 25 millones en el mercado negro, algo completamente fuera de su alcance. Por ahora, ha renunciado a que su madre tome la medicina.

José Manuel Gallardo, funcionario del ministerio de Salud, reconoce los problemas, culpa a la «guerra económica» pero afirma que con iniciativas como el carnet de la patria (una tarjeta con la que se distribuyen los beneficios sociales y que busca ajustar la oferta a las necesidades de cada uno) se ha logrado establecer un mecanismo para hacer llegar las medicinas. Villegas no dispone de ese carnet, porque hay sectores de la oposición que rechazan inscribirse.

El domingo, Venezuela celebra elecciones con la inflación disparada y la crisis como principal preocupación de los votantes. Si se cumplen las perspectivas y gana Nicolás Maduro, este será su reto fundamental a partir del lunes.

La apuesta de Maduro por el Petro

“Si no logras recursos productivos la economía puede colapsar, aunque yo creo que habrá una recuperación”. El economista Luis Enrique Gavazut cree que la apuesta de Nicolás Maduro por el petro, una criptomoneda, puede ayudar a incrementar las divisas del Estado. Se trata de una moneda virtual, que está respaldado por las reservas de crudo venezolanas. A juicio de Gavazut, un mecanismo de “ingeniería monetaria” que puede permitir a Venezuela eludir las sanciones de EEUU y reactivar la economía. Además, recuerda los recientes descubrimientos de yacimientos de coltán y oro. Y defiende los programas sociales del Ejecutivo que, en su opinión, son lo que han evitado un “estallido social”.

 

La apuesta de Maduro por el petro para la recuperación

«Si no logras recursos productivos la economía puede colapsar, aunque yo creo que habrá una recuperación». El economista Luis Enrique Gavazut cree que la apuesta de Nicolás Maduro por el petro, una criptomoneda, puede ayudar a incrementar las divisas del Estado.

Se trata de una moneda virtual, que está respaldada por las reservas de crudo venezolanas. A juicio de Gavazut, supone un mecanismo de «ingeniería monetaria» que puede permitir a Venezuela eludir las sanciones de Estados Unidos y reactivar la economía.

Además, el economista recuerda los recientes descubrimientos de yacimientos de coltán y oro. Y defiende los programas sociales del Ejecutivo que, en su opinión, son lo que han evitado un «estallido social».  A.P.