21 MAI 2018 KOLABORAZIOA Disolución de ETA, hipocresía y exigencias Amparo Lasheras, Agus Gorbea y Begoña Oleaga Ongi etorri Errefuxiatuak Todas las personas que suscribimos este artículo tenemos amigas o conocidos que militan en el PNV y que, además, están sensibilizadas con la situación que atraviesan los presos y presas vascas y sus familiares. Precisamente por esa sensibilidad esperamos que entiendan el destino de este escrito. Nos hemos decidido escribir este artículo por el mensaje tan mezquino que está enviando a la opinión pública el actual lehendakari de la CAV, el señor Urkullu y que nos obliga a salir al paso de sus declaraciones y poner a cada cual en su sitio. Tenemos que reconocer que no esperábamos que tras todos los pasos dados por ETA desde 2011 hasta ahora (el cese de la actividad armada, el desarme con la colaboración de la sociedad civil, instituciones y partidos de Iparralde y, el último, la desaparición de la organización), una de las personas que debería de haber liderado o facilitado todos estos pasos, el señor Urkullu, se haya dedicado a permanecer pasivo y lanzar un mensaje que en nada se diferencia, en cuanto a exigencias, a las más involucionistas, lanzadas por Rajoy o Covite, entre otros. No vamos a extendernos demasiado porque los mensajes que el señor Urkullu viene propagando de forma permanente, los conoce toda la sociedad vasca. Sin embargo, tenemos que decir, que para que ETA siguiera existiendo después de la transición, tuvo gran importancia el desarrollo de los acuerdos que se dieron en la misma: asumir una democracia tutelada, renunciar a las aspiraciones rupturistas o mantener la división territorial de Euskal Herria, acuerdos en los que participaron todos los partidos políticos, activos en aquel momento. Aquí no se libra nadie. En definitiva, lo que nos invita a escribir este artículo, es la necesidad de denunciar la hipocresía existente en muchos políticos y políticas que parecen ser la pureza de la especie, las manos limpias, los y las que nunca han roto un plato. Pues no señores y señoras, ustedes están colaborando con dinero público para facilitar la existencia de miles de muertes en el mundo, más que si ETA hubiera continuado su actividad armada 500 años. Y nos reafirmamos en lo que decimos, porque según consta, las instituciones vascas se han comportado como agentes y colaboradores necesarios para el impulso de las empresas armamentísticas de este país. Según informes del colectivo Gasteizkoak, el apoyo institucional a las empresas armamentísticas a través del plan 3R, AFI, I+D… ha supuesto un desembolso público de millones de euros. Para comprobarlo sólo hay que consultar el documento “La industria militar en Euskadi, un cáncer bien extendido”. Muchas de las empresas armamentísticas de este país no han tenido ni tienen ningún pudor en enviar armamento a países como Arabia Saudita para que su gobierno continúe asesinando a la población civil de Yemen, con miles y miles de niños y mujeres muertas, o para armar al ISIS. Esto se está haciendo a pesar de la Carta de Justicia y Solidaridad con los Países Empobrecidos de la Comunidad Autónoma Vasca, según la cual, «en sus políticas de promoción y apoyo a las empresas, el Gobierno Vasco no colaborará de ninguna forma con aquellas personas físicas o jurídicas dedicadas a la producción, comercialización y financiación de armas». No hace mucho tiempo a una propuesta parlamentaria, planteada por EH Bildu y Podemos en la Cámara de Gasteiz, para frenar la salida de barcos cargados de armamento del puerto de Santurtzi con destino a Arabia Saudita, el PNV votó, junto a PSE y PP, para que este servicio se mantuviera en dicho puerto. Es posible que algunas personas piensen que todas las vidas no tienen el mismo valor. Nosotras no. Nosotras pensamos que ningún ser humano debe de ser discriminado por razón de su procedencia, religión, clase o ideología. Nosotras creemos y defendemos que todas las vidas humanas tienen el mismo valor. Es posible que algún día la sociedad también les exija a ustedes, señores que gobiernan en Lakua pedir perdón y reconocer el daño causado por los crímenes que hoy en día se están cometiendo en el mundo y por la ayuda y colaboración económica de las instituciones vascas prestan a la empresa armamentística con sede en la CAV. Como dijo Eduardo Galeano, «sin armas no hay guerras, sin guerras no hay armas». A veces un poco de humildad viene bien. Es posible que algún día la sociedad también les exija a ustedes, señores que gobiernan en Lakua pedir perdón y reconocer el daño causado por los crímenes que hoy en día se están cometiendo en el mundo