Fin del partido, comienza el baile

Unai Emery entrenará al Arsenal, Pellegrini al West Ham, Ancelotti al Napoli, Guardiola renueva en el City y Buffon se acerca al PSG.

Tiempo de despedidas. Gianlugi Buffon se llevó estos días honores, portadas y panegíricos, dijo adiós a una Juventus de la que se despide un futbolista que ha deslumbrado en el equipo turinés compartiendo vivencias con jugadores de la talla de Thuram, Cannavaro, Chiellini, Zambrotta, Marchisio, Pirlo, Camoranesi, Nedved, Del Piero o Trezeguet. Menudo once el suyo. El portero, a sus ya 40 años, podría firmar por dos temporadas por el PSG –que acaba de abrir su tercera tienda oficial en New York– y alargar una trayectoria ejemplar que comenzó en 1995 en su Parma querido. Club parmesano que acaba de regresar a la Serie A de la mano de otro capitano, de otro héroe, de Alessandro Lucarelli, sinónimo del fútbol ya perdido, uno di noi!

El club de Emilia-Romagna tuvo su época dorada y esa fue durante los noventa y comienzos de siglo pasado. Fue hasta que el sostén financiero de Parmalat se derrumbó. Era 2003 y el cuento de la lechera tocó a su fin. Incluso un grupo inversor esloveno llegó a comprar la entidad a precio de saldo por un solo euro. La ciudad que alumbró a Giuseppe Verdi tenía su particular ‘‘Aida’’.

En 2015 descendió a la cuarta división del fútbol transalpino, y con él, de la Serie A al infierno de las catacumbas del Calcio, su gan capitán, el defensa toscano Alessandro Lucarelli. «He muerto con Parma y quiero renacer con Parma. A pesar de que estoy por cumplir 38 años, recibí algunas llamadas para mantenerme en la Serie A, pero no es algo que me interese», se sinceró entonces. Hoy, tres años después, y tres ascensos consecutivos después, lo ha devuelto al lugar que por historia le corresponde. «Es increíble. Un sueño. Ni nosotros pensábamos que iba a ser así. Ya puedo retirarme feliz», ha anunciado. Una década defendiendo los colores del estadio Ennio Tardini, 300 partidos a sus espaldas y 40 años en su documento de identidad. Hermano pequeño del idolatrado goleador Cristiano Lucarelli, aquel jugador humilde y comunista, hijo de Livorno y que llevaba al Che Guevara por bandera. Alessandro, que bajó al barro para devolver desde el fondo al Parma a la Serie A, dice ciao.

Con lágrimas se despidió de su sueño Champions la Lazio en la última jornada. Casi todo el torneo en puestos continentales para jugársela con el Inter en la cita definitiva y en su propio estadio. Final, 2-3 y los Neroazurri que sí regresan a la Liga de Campeones seis años después. Stefan de Virj, jugador laciale, cometía penalti sobre Icardi con el 2-1 en el marcador y a falta de 12 minutos para el final. A la Lazio le bastaba con un punto, pero el Inter volvió a anotar y dejó a los locales sin Champions. Virj lloró desconsolado. Lo curioso es que el año que viene el holandés vestirá la camiseta interista.

Allegri, cerca de seguir en la Juve

Adiós también de Pepe Reina –relacionado estos días en la prensa de Italia con algún lío con la Camorra– en la portería de un Napoli que acabó segundo cerrando una campaña histórica con 91 puntos y muy enfadado con la actitud de algunos jugadores de la Juventus al festejar su título. El perfil oficial del Napoli recriminó el comportamiento, dijo, «vergonzoso y ofensivo» de ciertos futbolistas juventinos y sobre todo hacia el capitán partenopeo Insigne. «Es inaceptable», denunció el club en el que no seguirá su técnico Maurizio Sarri –tiene una oferta del Zenit ruso– y será sustituido por Carlo Ancelotti, a razón de 5 millones de euros anuales por dos años. Todo lo contrario que Massimiliano Allegri, que parece haber encaminado su renovación con la Vecchia Signora.

Pep Guardiola ha prolongado su contrato dos años más, hasta 2021, con el City, mientras en Inglaterra Chelsea y United dirimían el último título de la temporada, la Copa, saldado a favor de los Blues, que dicen están dispuestos a echar la casa por la ventana para hacerse con los servicios del goleador polaco Robert Lewandowski. El duelo se resumió en las valoraciones finales de sus respectivos técnicos, del «he demostrado ser un ganador en serie» de un orgulloso Antonio Conte al «no merecieron ganar» de un resentido José Mourinho. El italiano no seguirá en el equipo de Londres, ciudad en la que recala Manuel Pellegrini, que acaba de estampar su firma por el West Ham dos años a razón de 8 millones de euros cada uno, convirtiéndose en el técnico mejor pagado en la historia de los Hammer.

Tremendo el poder económico de la Premier e icónico, que ha seducido a Unai Emery, ayer anunciado como sucesor de Arsene Wenger en el Arsenal, tras entrevistar los Gunners a siete entrenadores más y avalar con un dossier de más de cien páginas la elección del ex del PSG ante la dirección del club, cuyo presidente es un estadounidense con presencia también en los Denver Nuggets de la NBA.

También en Alemania el trofeo copero, la Pokal, puso final al año y lo hizo con sorpresón. El Eintracht de Nico Kovac, próximo entrenador del Bayern, derrotaba 3-1 a los bávaros en la despedida de Jupp Heynckens y los de Frankfurt levantaban un título 30 años después, un club cuyo presidente Peter Fischer, que en 2004 sobrevivió al tsunami en el Índico, hace 6 meses dijo que ser de extrema derecha era incompatible con ser del Eintracht y recibió el apoyo del 99% de los socios. Fiesta por todo lo alto en la ciudad natal de Goethe, sí, ese artista que tanto nos suena y uno nunca sabe si se trata de un pintor o un novelista, y resignación al perder al técnico que se va al Bayern tras rescatar a un equipo que estaba prácticamente en Segunda, llevarlo a dos finales de Copa y situarlo entre los mejores en Alemania, siendo una plantilla de nivel medio, pero sacando el máximo partido posible a sus piezas. Por cierto, el hombre llamado a relanzar desde el banquillo al Borussia Dortmund es el suizo Lucien Favré –cuarto técnico desde que se fue Klopp–, que deja un enorme trabajo en el Nice, al que puede llegar como relevo desde el New York City el exjugador Patrick Vieira.

El Nordsjælland, el más solidario

Precisamente, la ciudad de la Gran Manzana, por medio de su alcalde Bill de Blasio, declaró el Día de David Villa el pasado sábado. ¿El motivo? Rendir homenaje al asturiano por superar los 400 goles. El ‘Guaje’ respondió marcando dos y dando una asistencia en el 4-0 del New York City ante Colorado Rapids. Aunque para gol trascendental el del francés la ‘Pantera’ Gomis, que dio la victoria al Galatasaray y de paso su 21º título en la Super Liga turca. Podemos imaginarnos el festejo de los seguidores del ‘Galata’, aunque nada como el del legendario Estrella Roja, que conquistó su 27ª liga siendo muy superior al Partizan, y en la celebración por las calles de Belgrado una bengala calcinó el autobús que trasladaba a los jugadores, obligados a seguir a pie.

Seguro que no tan caldeados fueron los actos que rodearon al campeonto danés ganado por el Midtjylland, club modélico en el que tiene invertido dinero un inglés que se enriqueció con un método matemático para acertar resultados y quizá por ello las jugadas de estrategia las hacen al dedillo y tienen analistas informáticos para detectar hasta cómo golpear mejor la pelota. Otro club danés, el FC Nordsjælland, se ha conformado con terminar tercero, pero sí será el primero del planeta en sumarse al movimiento Common Goal liderado por Juan Mata y donar el 1% del salario de sus jugadores.

Final del partido, tiempo de prórroga. Será hasta agosto. Y qué mejor adiós que el arrivederchi del Napoli vía Twitter: «Il 19 agosto comincerà il prossimo campionato di calcio. Sarebbe bello mantenere una canzone, un’emozione, che ci siamo portati dietro per tutto l’anno. Sarebbe bello cantare ancora “Napoli torna campione’’». Hasta entonces, let's be careful out there.