04 JUIN 2018 Más muertos mientras se negocia la reforma electoral en Nicaragua Un nuevo rebrote de la violencia el sábado en varias ciudades de Nicaragua, que dejó otras seis víctimas mortales, coincide casi en el tiempo con la visita ayer a Managua de una delegación de la OEA, con la que el Gobierno de Daniel Ortega tenía previsto iniciar conversaciones de cara a una reforma del sistema electoral del país. GARA managua Al menos seis personas murieron el sábado en Nicaragua en una nueva jornada de protestas antigubernamentales, saqueos y disturbios en pleno rebrote de la violencia tras dos días de relativa calma después de que el miércoles se registraran 15 muertes, la mayoría en Managua. Según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, se eleva ya a 108 el número de muertos desde que hace 46 días comenzaran las protestas contra el Gobierno que han sumido al país en la crisis sociopolítica más grave desde los años 80. Cinco de los fallecimientos del sábado tuvieron lugar en la ciudad de Masaya, convertida en campo de batalla, donde manifestantes pertrechados con morteros de fabricación casera se enfrentaron a las fuerzas antidisturbios de la Policía, en cuya sede, según vecinos, se instalaron francotiradores. La sexta víctima mortal, un ciudadano estadounidense propietario de dos negocios de hostelería en Managua, fue hallada en la capital nicaragüense junto a dos vehículos quemados. La Iglesia denunció que una de las víctimas fue ejecutada por una agente policial cuando estaba detenida e indefensa Las autoridades, que informaron de once detenidos en Masaya, vinculan a la derecha con las protestas que se han extendido por todo el país. Un día después de este nuevo rebrote, representantes del Gobierno de Daniel Ortega y de la Organización de Estados Americanos (OEA) tenían previsto reunirse en Managua para iniciar conversaciones de cara a la reforma del sistema electoral en el país centroamericano, una de las iniciativas con las que el Ejecutivo pretende avanzar hacia la paz y la estabilidad y que ambas partes creen que estará lista en enero. Recomendaciones de la OEA El Gobierno dio a conocer el sábado un cronograma para el fortalecimiento de las instituciones mediante la implementa- ción de recomendaciones de la Misión de Acompañamiento Electoral de la OEA (MAE-OEA). Según informó, se han trabajado aspectos relativos a la configuración y composición del Consejo Supremo Electoral (CSE), como soporte institucional fundamental para las garantías electorales y comicios libres, justos, democráticos y transparentes. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, responsabilizó esta semana al Gobierno de las muertes registradas durante las protestas y sostuvo que la salida a la crisis debe ser electoral. Las protestas estallaron el 18 de abril contra una ya retirada reforma de la seguridad social que aumentaba las retenciones a trabajadores y empresarios y ponía a cotizar a los jubilados, pero que crecieron rápidamente hasta reclamar la «democratización» del país. Ortega propuso un diálogo nacional que el jueves se suspendió por segunda vez hasta que el Gobierno ponga fin a la represión, según la Conferencia Episcopal, que ejerce de mediadora. Los manifestantes piden ya la dimisión del presidente nicaragüense. «Nos vamos a hundir» Expertos como el analista económico Adolfo Pastrán aseguran que los bloqueos de carreteras y las acciones violentas en el país son «maniobras desesperadas» de quienes «carecen de argumentos constitucionales que avalen sus posiciones», y denotan que «hay división en la oposición porque los grandes sectores económicos no quieren paro, sino que apuestan por una salida pacífica a la crisis dentro del marco constitucional». También advirtió de que el país no podrá resistir otra semana en esa situación, porque la economía va a desplomarse. «Nicaragua no soporta más esta crisis, nos vamos a hundir, vamos a retroceder 30 años y lo más grave es que la pobreza se va a acentuar», agregó Pastrán, quien llamó a un diálogo «sensato y responsable. OBANDO Y BRAVOEl cardenal nicaragüense Miguel Obando y Bravo, quien fuera mediador entre el FSLN y la dictadura de Anastasio Somoza en los años 70 y entre el Gobierno sandinista y la Contra en los 80, pero también ferviente crítico de la Revolución Sandinista y ahora aliado de Daniel Ortega, falleció ayer a los 92 años.