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Soterramiento, la historia interminable de Gasteiz


El soterramiento del ferrocarril a su paso por el centro de Gasteiz es una especie de leyenda urbana. Un proyecto urbanístico del que todos los políticos se acuerdan cuando se acercan las elecciones. Pero no pasa de ahí. Siempre se queda en simples declaraciones, o en firmas protocolarias sin efecto alguno.

Basta con recordar que en el año 2010, con Lazcoz de alcalde, López de lehendakari y Zapatero de presidente en el Gobierno español, las instituciones acordaron la creación de una sociedad denominada Vitoria-Gasteiz Alta Velocidad. Y pusieron una fecha para la realización de la obra: 2017.

A la vista está que las tuneladoras no realizaron ningún agujero en el subsuelo de la capital alavesa. Y tampoco lo hicieron en la siguiente legislatura, con Maroto de alcalde y la actual presidenta del Congreso, Ana Pastor, al frente del Ministerio de Fomento.

En 2012 acordaron retomar el proyecto, que iba a costar 476 millones de euros a las arcas públicas. Un presupuesto abultado al que parece que el PP no estaba dispuesto a hacer frente, ya que en 2014, solo dos años después, el Gobierno local afirmó que el soterramiento era «inviable».

Cómo no, esta legislatura el PP y el PNV han vuelto a echar mano del soterramiento para acaparar titulares. Comerón y Urtaran han cogido la bandera del tren, y no han perdido la ocasión de fotografiarse con el ya exministro Ínigo de la Serna, que el año pasado avanzó que el ferrocarril circulará bajo tierra en 2023.

Los antecedentes no invitan al optimismo. Habrá que esperar a conocer la opinión del nuevo ministro.