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DE REOJO

En lo personal


Con lo bien que parecía ir, al final van y lo rematan de la peor manera posible para que volvamos a sentir el vértigo de la desafección y el dislate. El nombramiento de Màxim Huerta en Cultura y Deportes me lo tomo como una afrenta personal. Lo he visto tantas horas al lado de Ana Rosa Quintana en la tele de Vasile que ahora, por mucho que me lo presenten como escritor, lo veo como un frívolo colaborador de un programa de entretenimiento muy poco saludable culturalmente por lo que tiene de alienante. Belén Esteban también es escritora. La propia Ana Rosa es supuestamente escritora. Después del cabreo inicial, veremos sus nombramientos. Pero Mediaset en el consejo de ministras no es buena señal. ¿Por qué no se tomarán en serio lo de la Cultura?

Pero la guinda que completa el pastelito, aplaudiendo con las orejas y sin prejuicio ninguno por el número de ministras, es el nombramiento en Interior de Fernando Grande-Marlasca, un ministro con perrita. Unos antecedentes sádicos de consentir la tortura generalizada que está incluso denunciado en el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. Un colaborador con la banda de M. Rajoy en los procesos más infamantes. ¿Por qué lo nombra Pedro Sánchez? Yo lo intuyo: por miedo. Deja a los hombres y mujeres de la porra en manos de un convencido conservador, un derechista sin prejuicios. Esto no me lo tomo solo de manera personal, me lo tomo como ciudadano defraudado, como parte de una sociedad que ha visto frustradas todas las expectativas. Por lo tanto, completando el ceremonial, el que he seguido en directo, he estado viendo algún trasvase de cartera y de repente he visto a Pedro J. en el cambio en Defensa. ¿Qué pintaba ahí este personaje intrigante? Llega la hora de la verdad. Secretarías de Estado, direcciones generales, presupuestos y toma de decisiones.