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JO PUNTUA

Los no-actores


El problema nunca es dar apoyo a alguien en una votación sin conseguir nada a cambio. Esto es poco más que una situación sobrevenida, cuando en un cálculo inmediato se evalúa, bien o mal, que votar en contra sale más caro. El problema es haberte dejado arrastrar a esa posición sin alternativa como quien va al matadero, haber llegado a un escenario en el que solo puedes perder y que en la balanza solo colocas costes.

No es la votación, es todo lo anterior. No es la coyuntura, es la dinámica. No es la decisión tomada por tal o cual grupo, es la capacidad de generar oportunidades previas. Los efectos son los que son, eso sí. Bildu ha avalado al Gobierno que tendrá en Interior a Grande-Marlaska. Rufián empedró el camino a Moncloa a quien nombró a Borrell. El PNV puso con sus votos a una consejera de Hacienda que se ha pronunciado contra el sistema de financiación vasco.

La entrada de C’s ha desplazado el escenario político español, no solo en términos de izquierda y derecha sino sobre todo en el eje nacional. Ante eso, decisiones concretas como el apoyo del PNV a los presupuestos del PP explica por qué tantos han acabado atrapados en la lógica pendular que obliga a darle ahora el Gobierno al PSOE.

Nacionalistas e independentistas tendrán dos años para pensar en esto. Pueden contentarse, al menos, con que su posición no es tan penosa como la de Podemos. Los de Iglesias han apoyado a un Gobierno símbolo de las políticas de austeridad europeas mientras coreaban el «sí se puede». De ser fuerza de cambio a ser el voto que puede estirar levemente al PSOE hacia la izquierda.

Igual que nadie previó que podía producirse una moción de censura contra Rajoy, nadie leyó en profundidad que pese a que el Gobierno se mantenía el escenario cambió radicalmente en 2016. La geometría en el Congreso permitía un cierre por arriba en forma de conflicto electoral entre el PSOE y las derechas como el que vemos ahora, y las fuerzas que podían haber empujado en dirección contraria no estaban en condiciones de incidir conjuntamente ni siquiera ante una investidura. Se conformaron con ser no-actores y en eso han quedado.