11 JUIN 2018 TENIS - ROLAND GARROS Siempre les quedará Nadal El tenista español sigue haciendo historia en la pista que mejor se le da y suma su undécimo título en París ante un Thiem superado. GARA No cabe duda de que es un portento. Hace exactamente una semana cumplió 32 años y lo celebró ganando ayer su undécimo Roland Garros y, a pesar de algunos calambres, dando mayor sensación de fortaleza física que el año pasado. 6-4, 6-3 y 6-2 ante Dominic Thiem, en dos horas y 42 minutos, fue su excelsa producción de ayer. El tenista español suma así su Grand Slam número 17 –11 Roland Garros, 3 US Open, 2 Wimbledon y 1 Abierto de Australia–, solo superado por el suizo Roger Federer, con 20, aunque este tiene cuatro años más, motivo por lo que se regula y descarta jugar los torneos de tierra batida. Tras ellos, los únicos en activo con varios grandes son Novak Djokovic, con 12, y Andy Murray, con 2. Sin embargo, el serbio tiene ya 31 años y está lejos de la forma de antaño y el escocés, con la misma edad, lleva un año lesionado y no se sabe si podrá reaparecer en Wimbledon. Estos datos reflejan la gesta que supone la victoria de Nadal. “¿Traspaso de poderes?”, titulaba ayer la portada de la revista oficial del torneo. Había motivos para cuestionarse la hegemonía del manacorense. El tenista austríaco, Dominic Thiem, de 24 años, golpes demoledores y piernas rápidas, había sido el único en ganarle en la tierra batida en un espacio de poco más de un año. En Roma en 2017, y hace un mes y medio en Madrid, aunque partidos todos ellos a tres mangas, no a cinco como la de esta final. El murmullo llenaba las gradas y las inmediaciones de la Philippe Chatrier. El rival estaba más maduro que el pasado año y presumía en este de un mejor bagaje de victorias en tierra: 26 triunfos. Inicio sin margen de duda El partido arrancó con un público dividido, aunque ligeramente favorable al español. La lluvia, que tanto se barruntaba, finalmente no compareció. Del cielo encapotado se pasó a un tímido sol y Nadal no tardó en hacerle saber a su sucesor quién manda en el escenario central, la pista en la que había levantado la Copa de los Mosqueteros en diez ocasiones desde 2005. Maniató a su oponente desde el inicio. Le atacó con bolas altas al fondo de la pista que le impidieron sacar su potente derecha y, siempre que pudo, le buscó el revés. Salvo juegos puntuales en los que Thiem parecía perder el miedo, Nadal tuvo siempre el partido bajo control. Si acaso saltó alguna duda en el tramo final cuando se quejó en el cuarto juego de su dedo corazón. «No lo puedo mover», se le escuchó decir en inglés. Recibió asistencia médica y continuó como una apisonadora hasta el final. Incluso con el brazo derecho Tras el partido, explicó que «era un calambre y tenía la esperanza de que se pudiera pasar. No me hubiera ido de la pista. Hubiese jugado hasta con el brazo derecho. Tenía dos sets de margen para que se pasase. Habría seguido de la manera que fuese», afirmó sobre las molestias. En relación a su futuro, remarcó que «el tenis es una parte importante de mi vida, pero no lo es todo, hay otras cosas que me hacen feliz, no estoy muy preocupado por el futuro. Jugaré hasta que mi cuerpo resista y siga feliz», apuntó. Preguntado sobre los Grand Slam que acumula y los tres de más que luce Federer, el tenista español puntualizó que «claro que tengo la ambición, la pasión, pero no me vuelvo loco con lo que hagan otros, siempre habrá alguien con más dinero, con una casa mas grande, con más... Si miras al de al lado puedes frustrarte, hay que ser feliz con lo que se tiene», resumió. Las condiciones de la pista Por su parte, Thiem dijo que las condiciones de la pista Philippe Chatrier «encajan perfectamente» con el tipo de juego de su rival y son diferentes a las de Madrid, donde el austríaco le ganó. «La altitud en Madrid marca un poco la diferencia –por el bote de las bolas–. Y también que la pista aquí es muy grande. Él puede restar muy por detrás de la última línea y eso es una ventaja. También para mí, pero contra los otros adversarios, no contra él», reconoció sonriendo. El austríaco añadió que «ahora, mi gran objetivo es alcanzar otra final y hacerlo mejor de lo que lo hice hoy».