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Oficinas y despachos, ¿una lucha invisible?


¿Por qué las condiciones laborales de más de 23.000 personas en Bizkaia no interesan a los medios de comunicación «mainstream»? El sector de Oficinas y Despachos de Bizkaia, con un convenio decaído que afecta a las condiciones laborales de más de 23.000 trabajadores, está en mesa de negociación abierta y en pleno conflicto pues llevan sin convenio desde 2013. Han realizado tres jornadas de huelga y múltiples actos, están luchando para recuperar las condiciones del 2012 y evitar que la patronal imponga recortes como congelación de los salarios y aumento de la precariedad de las plantillas.

La patronal, Cebek, y las empresas asociadas, les piden recortar las condiciones económicas pactadas y mantenidas en todos los anteriores convenios para continuar la negociación. Incoherente con las declaraciones realizadas por las diferentes patronales y gobiernos sobre la mejora económica y de empleo. Argumentan que no suponen recortes, ya que el convenio decayó y desapareció, víctima de la reforma laboral proporcionando aún más herramientas legales de flexibilidad interna a las empresas.

Cebek prevé una subida salarial de alrededor del 0,70% anual desde el 2013 hasta 2021, fecha en la que concluiría el convenio en caso de firmarse. Además, al suprimir la garantía mínima, que garantiza que las trabajadoras y trabajadores con complementos salariales vean incrementado su salario base como los demás, y al limitar la antigüedad a un 10% en total, pretenden abocar a la congelación «de facto» los sueldos de miles de personas implicadas a diario en trabajos delicados, estratégicos (como la conversión a la Industria 4.0) y en muchos casos, de un perfil tecnológico alto o muy alto.

Todos los sindicatos con representación en la mesa de negociación ELA, CCOO, LAB y UGT están unidos para convocar a los trabajadores y trabajadoras, lo que ya en sí es una noticia. Y sin embargo no ha recibido cobertura alguna en los medios de comunicación «mainstream» de Euskadi, donde el seguimiento de este conflicto es tan escaso que es casi nulo.

Estamos ante un conflicto laboral, pero también social porque Cebek quiere aumentar beneficios ahorrando en costes laborales, un problema estructural, un esquema que se repite una y otra vez en sectores distintos y dispares. Y esto, indiscutiblemente repercute en la sociedad; se pagan menos impuestos y las desigualdades sociales aumentan. ¿El resultado? Una sociedad cada vez más empobrecida.

Ya no se trata sólo de un puñado de trabajadores o trabajadoras, si no de frenar el debilitamiento del tejido empresarial vasco, de parar la precariedad sistemática que todo lo va arrasando, de defender un convenio justo y digno, de hacer fuerza común para que los salarios sean acordes a la vida de Bizkaia. Se trata, en definitiva, de que Lantik, Cebek o Iberdrola dejen de lucrarse a costa de los costes laborales.