Ingo NIEBEL
DEBATE SOBRE EL SERVICIO MILITAR EN ALEMANIA

La pregunta es para qué el servicio militar

Parte de la CDU de Angela Merkel está presionando para imponer otra vez algún tipo de servicio militar obligatorio para los jóvenes. Macron y Salvini se han sumado a este debate en Francia e Italia.

Las Fuerzas Armadas alemanas siguen operando al borde de sus capacidades materiales y personales. Faltan soldados profesionales para manejar sistemas cada vez más complejos. La CDU de la canciller Merkel ha abierto un debate sobre la reactivación del servicio militar obligatorio. La pregunta esencial es: ¿para qué?

Cada Estado adapta sus Fuerzas Armadas a sus circunstancias y a su doctrina militar. En la Guerra Fría, los dos Estados alemanes sabían que si Washington o Moscú decidían atacar sus territorios podrían convertirse en un campo de batalla. El arma de guerra más utilizada era el tanque, por lo que los Estados miembro de la OTAN y del Pacto de Varsovia tenían grandes unidades de vehículos blindados.

A los reclutas que en los años 80 fueron llamados a las filas de las FFAA germano-occidentales, la Bundeswehr, sus instructores los recibían advirtiéndoles de que «en caso de guerra su expectativa de vida era de 45 minutos. Nosotros les enseñaremos a luchar de manera efectiva para frenar el avance soviético».

El servicio militar obligatorio y la prestación social sustitutoria quedaron en suspenso el 1 de julio de 2011, a partir de una decisión del segundo Ejecutivo liderado por Merkel y tras un largo proceso de discusión interna en su bloque conservador.

En su día se pensó que habría suficientes voluntarios de ambos sexos para vestir el uniforme de la Bundeswehr. Error. Un cuarto abandona los cuarteles antes de tiempo. Las FFAA no ofrecen trabajos atractivos.

La secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, ha abierto el debate sobre la reactivación del «servicio obligatorio» para todos y todas cuando terminen la formación escolar y antes de matricularse en la universidad o de integrarse en la vida profesional.

La pregunta que debe hacerse la sociedad es para qué reactivar el servicio militar obligatorio. Su suspensión respondió al cambio del escenario político-militar. En 1990, la Alemania unida dejó de ser un Estado en la primera fila de combate para ser uno «sitiado por amigos», tal y como lo definió el exministro de Defensa Volker Rühe (CDU). La Bundeswehr pasó de ser un Ejército centrado en combatir al enemigo en el este del continente europeo a uno de operaciones globales. Se vendieron gran parte de los Panzer Leopard 2, al Estado español y a Chile por ejemplo, optando por unidades más ligeras, que serían aerotransportadas por el nuevo gigantesco avión de transporte Airbus A400M que debería independizar los ejércitos europeos de los Galaxy estadounidenses y los Antonov rusos. Este sueño se ha convertido en pesadilla. Una entre muchas porque a principios de año ninguno de los submarinos germanos funcionaba, porque el Ejército de Aire tenía más aparatos en tierra que operativos, porque el de Tierra lamentaba la ausencia de pilotos de helicópteros. Todos estos sistemas requieren de militares profesionales.

Por razones electoralistas, los partidos políticos evitan discutir sobre una nueva doctrina militar. Para ello haría falta definir quiénes son los aliados y quiénes los enemigos. Tal vez el debate sobre el servicio obligatorio, al que se opone la ministra de Defensa, sea el preludio para iniciar este debate estratégico.